NUEVA OBRA DE RAMÓN CUENCA SANTO

12/03/2021


 

Galería de Fotos

 

Gracias a una donación este busto de la Virgen Dolorosa pasa a formar parte del rico patrimonio artístico de la Pontificia e Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento del Sagrario de la Santa Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla, entre cuyo acervo se encuentra el famoso Niño Jesús de Juan Martínez Montañés, modelo para muchos posteriores de otras escuelas de escultura; óleos de Matías de Arteaga y Francisco Herrera el Mozo, quien fuera hermano de la corporación sacramental, entre otros pintores; valiosas piezas de orfebrería y bordado, como el simpecado en oro sobre tisú de plata confeccionado por Patrocinio López (1858), o la carroza de los Montpensier que actualmente se halla depositada en el Museo de Carruajes de la ciudad.

Con otra de las piezas escultóricas del patrimonio de la Hermandad Sacramental del Sagrario formará pareja esta creación que hoy presentamos del reconocido escultor e imaginero alicantino: el espléndido Ecce Homo de busto labrado por Gaspar Núñez Delgado, uno de los escultores más importantes de la escultura sevillana en la transición del manierismo al naturalismo, cuyas obras sirvieron de modelo a otros artistas como el citado Martínez Montañés, con quien trabajó en la realización de las esculturas que decoraban el túmulo levantado para las exequias de Felipe II en la catedral de Sevilla, o Juan de Mesa, discípulo del anterior, pudiendo haber servido este Ecce Homo como base para reinterpretar el caudal expresivo de Mesa en piezas como el Cristo de la Agonía, conservado en el templo de San Pedro del municipio vasco de Bergara (Gipuzkoa).

Al ser el Ecce Homo del Sagrario (imagen inferior) una cabeza modelada en terracota policromada hacia 1600 por Núñez Delgado, artista de origen abulense que formó parte del grupo de escultores que llegaron a Sevilla desde Castilla durante la segunda mitad del siglo XVI, discípulo de Jerónimo Hernández para algunos y de Gaspar Becerra para otros, la Virgen Dolorosa de Ramón Cuenca Santo se adapta a la misma en cuanto a materiales, medidas (34 x 31 cm) e incluso ciertos detalles estilísticos, caso de los ojos pintados y la plana policromía en tonos azules, ocres y rojizos. Por lo demás, la pieza sigue el estilo pasionista del artista afincado en Cox (Alicante), caracterizado por un hermoso realismo y una distinguida expresión de su amargura.

Con esta imagen el autor ha querido representar el sufrimiento de María al contemplar los crueles tormentos y burlas infligidos a su Hijo, de ahí la dirección de su mirada hacia el lado izquierdo, contraria a la que adopta el Ecce Homo para conseguir así mayor conexión entre las dos piezas. Debido a su tipología, la Virgen concentra toda su capacidad emotiva en un rostro exquisito tanto en concepto visual, como en la blandura del modelado y su gesto de tristeza, este último subrayado por las lágrimas de cristal, único elemento ajeno al barro junto a las pestañas superiores de pelo natural que enmarcan los verdosos ojos. Del cabello, pintado al igual que las cejas en tonos castaños, observamos parte de la ondulada melena que se pierde por el cuello; el resto queda cubierto por un atuendo de complejos pliegues, más estrechos y aristados en la toca y anchos y cóncavos en el manto.

 

FUENTES

LUNA MORENO, Luis. "Gaspar Núñez Delgado y la escultura de barro cocido en Sevilla", en Laboratorio de Arte, nº 21 (2008-2009), Ediciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla, pp. 380-381.

AA.VV. La formación artística: creadores-historiadores-espectadores, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria, Santander, 2015, p. 763.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

 
 
Foto: Daniel Salvador-Almeida

 

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