La obra restaurada ha sido la talla en madera policromada de la Virgen de la Soledad, una imagen de candelero para vestir que recibe culto en el templo parroquial de La Santísima Trinidad del municipio extremeño de Trujillanos (Badajoz). Se trata de una efigie mariana que, antes de ser restaurada, se vinculaba al círculo de la familia de la Cerda (siglo XVIII), escultores-imagineros de origen ciezano afincados en Málaga, si bien tras el proceso de restauración, ahora se atribuye al artista antequerano Antonio del Castillo (1635-1704).

La talla se encontraba en un estado crítico de conservación, rozando lo deplorable, ante lo cual se tomó la decisión de someterla a un proceso de restauración y conservación bajo el criterio del máximo respeto al original. El trabajo ha corrido a cargo de Ismael Rodriguez Viciana, natural de Bornos (Cádiz) y licenciado en Bellas Artes y Restauración y Conservacion por la Universidad de Sevilla (US).

La intervención tuvo varias etapas: en la primera se limpió la policromía y se retiraron los estucos y capas adheridas durante épocas anteriores, devolviendo así la fisonomía original a la imagen, y hallando felizmente, tras capas de repintes y barniz, la policromía original completa de la talla. Tras ello, se pasó a la fijación de la misma, restañado de grietas, arreglo de los ensambles y disposición de un nuevo candelero, aumentando la altura 15 centímetros, debido a la desproporción que anteriormente tenía la imagen.

Tras la restauración de Rodríguez Viciana podemos contemplar una imagen prácticamente renacida, de gran calidad, poderosa mirada y belleza arrebatadora. Al no haber aparecido firma alguna durante el proceso, se ha llegado a la conclusión de que puede ser obra del círculo de Antonio del Castillo, como hemos indicado anteriormente, encuadrandose en torno al siglo XVII. Muestra, por ejemplo, un gran parecido con la Dolorosa llamada "Priorísima" de las Descalzas de Antequera, obra de Castillo, y con otra de corte similar, también de medio cuerpo, que se conserva actualmente en la colección privada de David Varea (Málaga), últimamente también relacionada con el quehacer del artista antequerano.