SAN JUAN BAUTISTA, EL PRECURSOR DE JESÚS

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

Coincidiendo con la festividad del santo, abordaremos una serie de obras de arte, pertenecientes a diversos países y estilos, que recrean diversos momentos de la vida y la muerte del llamado Precursor de Jesús.

A modo de curiosidad, comentar que se trata de una fiesta que, por excepción, conmemora el nacimiento temporal del santo y no, como suele ser habitual, su nacimiento para el cielo o el día de su muerte.

 

 
     
     
Juan Martínez Montañés, del que veremos varias obras en este repaso, es el creador de varias de las más bellas esculturas del Bautista que existen en España. Es el caso de la que recibe culto en el Convento de Santa Paula (Sevilla), datada en el año 1637.
 
La obra maestra de Francesco Rustici es el grupo La Predicación del Bautista que se halla en una de las puertas del Baptisterio de Florencia (1506-1511). La obra recuerda a Donatello y Leonardo, de quien Rustici fue compañero y seguidor hasta su muerte.
     
     
 
     
     
Resulta frecuente la inclusión del santo y su familia en la iconografía de la Sagrada Familia, adorando todos al Niño. Como en toda la obra sacra de Nicolas Poussin, en esta pieza del Hermitage (hacia 1655) se acentúa el humanismo y la dimensión dramática de la escena.
 
Pierre Mignard, apodado El Romano por su formación y residencia en la capital de Italia, encarnó el ideal académico que entre finales del siglo XVII y principios del XVIII imperó en el arte francés. Esta pieza (1688) se guarda en el Museo del Prado.
     
     

     
     

Una de las versiones realizadas por Julio Romero de Torres sobre el tema de Salomé y la cabeza degollada del Bautista, fechada en el año 1926. Nuevamente, el pintor cordobés usa los asuntos religiosos como pretexto para plasmar su tema favorito, siempre dentro de la estética de la mujer andaluza: el desnudo femenino, que, en este caso, casi se erige como símbolo triunfante del pecado carnal sobre la piedad del santo.

     
     
 
     
     
De nuevo Juan Martínez Montañés versionando el tema para Sevilla, en esta ocasión con destino al Convento de San Leandro (1621). Al igual que en la obra de Santa Paula, es representado en el desierto, donde se retiró a fortalecer su espíritu para predicar y bautizar.
 
Óleo sobre lienzo del santo en su niñez, firmado por Bartolomé Esteban Murillo (hacia 1660-1680), que se conserva en el Museo del Prado y constituye un excelente ejemplo de la originalidad que el pintor sevillano derrochaba en sus composiciones infantiles.
     
     
 
     
     
Al último periodo del gótico francés corresponde esta talla del santo de autor desconocido, provista de miembros alargados y esbeltos según los usos del periodo. Se observan también notables descompensaciones en el volumen. La imagen se conserva en Perpignan.
 
Obra del denominado Maestro de Flémalle, artista anónimo que ha venido identificándose con Robert Campin, es el óleo sobre tabla San Juan Bautista y Heinrich Werl (1438), este último donante de la pieza y representado en ella según la costumbre flamenca.
     
     
     
     

En el Museo de Bellas Artes de Sevilla se conserva este óleo sobre lienzo que representa a Herodes Antipas Increpado por San Juan Bautista en presencia de su corrupta cohorte. Es obra del artista calabrés Mattia Petri (1662-1666), figura fundamental de la pintura italiana de la segunda mitad del siglo XVII.

     
     
 
     
     
La cabeza del santo sobre bandeja de plata, tal y como exigiera Salomé a su padrastro, es tema predilecto de los escultores barrocos, muy dados a la teatralidad y al efectismo dramático. Ésta en concreto es anónima del siglo XVII y se conserva en Toledo.
 
Aunque parece más probable su ejecución por un discípulo, se sigue atribuyendo a Juan Martínez Montañés la imagen que se venera en el Convento de Santa Ana (Sevilla). Se acompaña del típico banderín y el cordero que simboliza a Cristo y al sacrificio.
     
     
 
     
     
Diego de Siloe colaboró en la sillería del coro de San Benito (Valladolid), hoy en día en el Museo Colegio San Gregorio, con un ascético altorrelieve del santo bajo venera, sobre suelo de piedras en laja y apoyado en grueso tronco, elementos característicos de su arte.
 
En el retablo mayor de la Catedral de Badajoz se halla entronizada esta poderosa figura del santo, atribuida con fundamento a las gubias de Juan Alonso Villabrille y Ron, destacado escultor de origen asturiano que pertenece a la etapa final del barroco en nuestro país.
     
     
     
     
Detalle del paso procesional de La Degollación del Bautista, que procesiona cada Semana Santa en la localidad italiana de Ovada. El conjunto presenta los caracteres propios de su autor, el escultor genovés Anton Maria Maragliano: gran sentido escultórico, rompimiento de glorias con querubines, dinamismo en las actitudes y hierática calma en los semblantes.
     
     
 
     
     
Talla policromada moderna del artista pacense Manuel Carmona (1991) para el recientemente concluido retablo mayor del Santuario de El Rocío. Como es usual, viste humildes ropajes de piel de carnero como señal de desprendimiento ante la conversión.
 
Altorrelieve académico del profeta hebreo, firmado por el escultor valenciano Blas Molner (hacia 1776-1793), que se guarda en el Museo de Huelva por depósito del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Fue donado por el artista a la Escuela de las Tres Nobles Artes.
     
     
 
     
     
Exquisita escultura del maestro napolitano Giuseppe Picano, conservada en la villa italiana de Pannarano, de la cual es patrón. Como todas las obras de su autor, es pieza bella y solemne, muy acorde con los refinados dictados escultóricos de la época.
 
Detalle de El Nacimiento del Bautista, miniatura que ilustra el Libro de Horas Turín-Milán. Prodigio de minuciosidad en un espacio que apenas alcanza los 30 cm de altura, fue pintada en torno al año 1417 por el maestro flamenco Jan van Eyck.
     
     
     
     
Cabeza degollada de San Juan Bautista, pieza magistral del escultor cordobés Juan de Mesa y Velasco que se guarda en la Catedral de Sevilla. Cuentan los evangelios de San Marcos y San Mateo que por indicación de su madre, Salomé pidió a su padre la testa del profeta, preso por tachar de pecaminosa la unión de Herodías y Herodes Antipas.
 
 
 
     
     
Detalle de Salomé Recibiendo la cabeza del Bautista (1610), óleo sobre lienzo que se guarda en la galería florentina de los Uffizi y fue pintado por Caracciolo, artista influenciado por Caravaggio y considerado el creador de la escuela napolitana del XVII.
 
El titular de la parroquia de San Juan Bautista, del municipio gaditano de Chiclana de la Frontera, procede del convento gaditano de Santo Domingo. Es obra de la primera mitad del siglo XVIII, atribuida al escultor genovés Francesco Maria Galleano.
     
     
 
     
     
Una visión del santo bajo el inclasificable prisma del francés Odilon Redon (1840-1916), en la que se observa su gusto por la figura solitaria y el gesto reflexivo. Fue pintada en el año 1890, fecha en la que el artista volvió al uso del color tras un periodo oscuro.
 
Por último, una pieza donde aparece representado San Juan Bautista junto a San Antonio de Padua y forma parte del maravilloso Políptico de San Antonio pintado por Fra Angelico sobre tabla de álamo. Se conserva en la Galería Nacional de Umbría.

 

Varias de las fotografías son de Oronoz, Arenas, Pedro Bote Castellano,
Leonardo Barrera y Rafael Márquez para www.rafaes.com

 

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