LAS MUJERES TAMBIÉN SE SIENTAN

23/10/2017


 

 
 

Silla de la Reina

Anónimo del Golfo de Bengala, India portuguesa
Finales del siglo XVI
Cedro, laca, pan de oro y rota
MMP 115.170
© MMP - Joan Tomàs

 

Introducción

Las mujeres también se sientan. Muebles y espacios femeninos de los siglos XVI y XVII es el título de la exposición que podrá visitarse en el Real Monasterio de Santa María de Pedralbes hasta el 18 de febrero de 2018. Las mujeres son las protagonistas de esta exposición, que se desarrolla en seis ámbitos y presenta como primera fuente de información el mobiliario, así como otros objetos de uso cotidiano que nos permiten configurar el imaginario femenino y remarcar el papel de la mujer en la época moderna.

Además de los objetos propios del monasterio de Pedralbes, se han seleccionado obras artísticas procedentes de colecciones privadas y museos que complementan el discurso expositivo. Entre las piezas expuestas destacan varias obras inéditas: un óleo de Francisco de Zurbarán, una serie de siete amazonas -que es uno de los pocos conjuntos pictóricos no religiosos catalanes del siglo XVI-, y una selección de joyas y objetos de orfebrería renacentistas y barrocos. Del monasterio, se muestran al público obras que hasta la fecha se habían conservado en clausura y nunca se habían expuesto con anterioridad.

La exposición reflexiona sobre qué esperaba la sociedad de la mujer y sobre sus ocupaciones y obligaciones, tanto dentro como fuera de la clausura. Igualmente, se presentan diferentes ámbitos femeninos del espacio doméstico, del estrado al dormitorio, así como aspectos relacionados con la dote. El discurso se desarrolla alrededor de un eje principal: el asiento, mueble cuya forma y altura ayudaban a indicar el lugar que cada persona ocupaba en la sociedad. De este papel simbólico del asiento en la época moderna nace el título de la muestra: Las mujeres también se sientan. La frase tiene un componente reivindicativo y quiere explicar que el confort que nosotros pedimos a los asientos es un concepto más tardío, ya que comenzó a extenderse durante el siglo XVIII. La exposición Las mujeres también se sientan quiere recordar que ellas, supeditadas al hombre y sentadas a menudo en sillas más bajas que las de los representantes del género masculino, tenían que levantar la mirada para dirigirse a ellos.

La exposición Las mujeres también se sientan muestra que las mujeres también tenían ámbitos vitales de responsabilidad familiar y social -como por ejemplo la salud, la alimentación, la higiene y la educación- que defendían y desempeñaban con sabiduría. Además, Las mujeres también se sientan nos informa de que los espacios monásticos eran los lugares donde las mujeres, dirigidas a su vez por una mujer, podían tener más libertad para crear y crecer. Un espacio, el monasterio, donde la abadesa dejaba clara su autoridad, que marcaba simbólicamente con la silla de reposo que usaba incluso cuando recibía la visita de autoridades de fuera de la comunidad. Uno de los ámbitos de la exposición se sitúa en una celda de día renacentista que se abre por primera vez al público y que destaca por la cúpula artesonada y los suelos de cerámica.

El monasterio de Pedralbes conserva una excepcional colección de mobiliario de uso femenino de la Edad Moderna, especialmente de los siglos XVI y XVII, gran parte de la cual nunca se ha expuesto. Estos muebles son una importante fuente de información para conocer mejor el mundo femenino. Muebles elaborados para mujeres y utilizados en espacios domésticos -civiles o conventuales- que nos permiten acercarnos a aquel período y, especialmente, a sus usuarias. Nos hablan de las relaciones jerárquicas dentro de la sociedad de la época, de las barreras de género, así como de los resquicios por donde transitaban muchas mujeres para alcanzar espacios de libertad desde los cuales poder desarrollar proyectos propios. Especialmente relevantes son los muebles de estrado, de los que se conservan muy pocos en Cataluña. El monasterio nos ofrece algunos modelos que ayudan a comprender mejor la implantación en Cataluña de este espacio doméstico de influencia árabe.

La colección de mobiliario de Pedralbes ha sido valorada por los historiadores desde hace mucho tiempo, y en realidad fue la primera y, al final, única parte de la colección de arte del monasterio que recibió una atención especial y fue recogida en un importantísimo volumen a cargo de A. Escudero y J. Mainar, con la destacada colaboración de M. Á. Alarcia. Ya en aquel trabajo era fácil diferenciar muebles de uso litúrgico de otros de uso conventual, además de otros de uso femenino privado, entre los cuales destaca la denominada "Silla de la Reina", un rico asiento de finales del siglo XVI procedente de la India portuguesa del que se desconoce quién fue su propietaria y de qué manera entró en el monasterio. Si los muebles femeninos son los protagonistas de la exposición, la "Silla de la Reina" es el eje alrededor del cual gira el guion. La incógnita sobre la primera propietaria se aprovecha para plantear distintas hipótesis. Para acercar el público a los interiores femeninos, la comisaria Mónica Piera Miquel, experta en mobiliario, ha querido poner en relación los muebles con otras piezas que configuraban el universo femenino de la época. Los objetos nos permiten conocer cómo era la vida en los interiores domésticos, un ámbito donde las mujeres se esforzaban por mantener el orden social.

Explicar el papel de la mujer en los siglos XVI y XVII a partir del mobiliario y otros objetos de uso femenino, como por ejemplo joyas, reliquias, objetos de orfebrería, prendas de vestir, libros... Relacionar las reformas políticas y religiosas del siglo XVI con las reformas arquitectónicas del monasterio de Pedralbes. Centrar la atención en los espacios domésticos femeninos para entender aspectos de las usuarias, dentro y fuera del cenobio. Remarcar que el papel que cada persona ocupa en la sociedad se visualiza de muchas maneras, y un elemento clave es el mobiliario. Explicar las funciones de representación de los muebles y los objetos, además de las utilitarias. Mostrar el papel jerárquico y simbólico de los asientos en la sociedad de los siglos XVI y XVII. Poner en valor el mueble como fuente de información para conocer un período histórico.

Las mujeres también se sientan se estructura en seis ámbitos, divididos a su vez en subámbitos. Los espacios se sitúan en diferentes estancias alrededor de las tres plantas del claustro. Aunque existe un hilo conductor y el diseño ayuda a crear la unidad conceptual, cada espacio puede visitarse de manera independiente. A lo largo del recorrido vemos una serie de transcripciones de época que refuerzan los mensajes de las obras expuestas y de los textos explicativos. El diseño de la exposición juega con los tejidos, ya que son uno de los bienes más preciados en la historia de los interiores, y su calidad y su color ayudaban a identificar al usuario. Igualmente, los paneles de los textos y los separadores se inspiran en los velos, en referencia al velo blanco de la Virgen, novia, novicia y monja de obediencia, que contrasta con el velo negro de las monjas coristas y los momentos de luto. La exposición acaba con un pequeño ámbito donde se invita a los visitantes a sentarse por parejas a las diferentes alturas correspondientes a los hombres y a las mujeres para experimentar la dirección de las miradas, y en posición rígida para recordar que, en las ceremonias, se sentaba quien ostentaba la autoridad.

 

 
 

Das Trachtenbuch (El código de los trajes)

Christoph Weiditz
1530-1540
Ilustración de la página 148

 

Nacer mujer en los siglos XVI y XVII

La exposición Las mujeres también se sientan se inicia con un panel lleno de retratos y de nombres propios para indicar que queremos hablar de mujeres en plural, y que estas eran muchas y diversas, aunque entonces se difundiera un único ideal de mujer -honesta, modesta y obediente- supeditada al hombre. Sin embargo, las chicas soñaban con protagonistas de obras literarias, heroínas clásicas o ficticias -como por ejemplo las sibilas y las amazonas- que habían tenido poder y dirigido sus vidas.

Se quiere mostrar que las dos opciones bien vistas para una mujer eran casarse con un hombre o casarse con Cristo, y que ingresar en un monasterio podía ser una opción personal o una estrategia familiar. Se recuerda que, aunque su papel se circunscribiera al ámbito doméstico, las mujeres eran responsables de muchos aspectos clave para el orden social. Entre sus ocupaciones, destacaba la labor, sinónimo de laboriosidad y docilidad, y considerada el mejor remedio contra la ociosidad.

Las salas femeninas de las clases acomodadas lucían muebles, tejidos y objetos caros, algunos de importación. La silla baja de mujer, el aparador, la arquilla y el espejo eran sus muebles principales. Se enriquecían con técnicas caras, como la marquetería, y materiales de importación, como el ébano, la plata, el carey o el marfil. El monasterio de Pedralbes conserva muebles de la época procedentes de las dotes de las monjas coristas.

 

 
 

Arca con cajones

Anónimo catalán
Siglo XVI
Nogal, hueso, boj y hierro
MMP 115.068
© MMP - Jordi Puig

 

Las reformas del siglo XVI en el monasterio

A finales de la Edad Media, las costumbres se habían relajado hasta tal punto que se incumplían las reglas y las constituciones religiosas. Así pues, durante el siglo XVI, la reforma espiritual, que se inició a finales del siglo XV con el cardenal Cisneros y continuó con el concilio tridentino (1563), restableció las costumbres en el interior de las instituciones religiosas, endureció la clausura e impuso la elección de la abadesa por trienios.

En el monasterio de Pedralbes, la reforma provocó tensiones entre linajes por el control del poder, ya que se impusieron abadesas de Castilla que mermaban la hegemonía catalana. La reforma fue apoyada por importantes contribuciones económicas que permitieron modernizar el edificio y reforzar su aislamiento. Se añadieron más rejas y celosías a las ventanas, "pinchos" y "ralls" al locutorio, y vallas y telas negras para separar a las monjas del exterior; también se construyeron celdas.

 

 
 

Das Trachtenbuch (El código de los trajes)

Christoph Weiditz
1530-1540
Ilustración de la página 148

 

Celdas de día, ¿estrados en clausura?

En esta celda de día que se ha restaurado y se muestra por primera vez al público, se plantea la idea de que estos pequeños espacios privados del monasterio eran una trasposición de los estrados que las monjas coristas, muchas procedentes de la nobleza, habían dejado atrás al ingresar en el cenobio.

El estrado era una sala suntuosa de la casa con orígenes orientales, habitual en los hogares de las clases altas de la Baja Edad Media y la época moderna en la Península Ibérica e Hispanoamérica. En el suelo había alfombras o esteras y almohadones de terciopelo carmesí para que se sentaran las damas, que en el caso de Cataluña también se sentaban en sillas de mujer. El resto de muebles que formaban parte de los estrados se adaptaban a la altura y el tamaño de las sillas. Como se trataba de espacios tan solo presentes en hogares acomodados, la calidad de los objetos que los conformaban era alta.

Las celdas conventuales también son un testigo de la privacidad dentro del monasterio y de la práctica de la devotio moderna, más espiritual e íntima.

 

 
 

Santa Rosalía de Palermo

Anónimo menorquín
Hacia 1653-1660
Óleo sobre tela
© Museu Diocesà de Menorca

 

Universos femeninos

Entramos en este ámbito escuchando "Veni Creator Spiritus", el canto de la ceremonia de profesión en el monasterio de Pedralbes. La música nos ayuda a introducirnos en el universo espiritual, del que forman parte productos y objetos generados por la religión y las creencias. Algunos se compraban y otros eran de factura personal, pero todos ellos nos permiten acercarnos al día a día de esas mujeres y a sus pensamientos y experiencias sobrenaturales.

Este espacio espiritual contrasta con el dedicado al universo profano, donde se muestran todos los bienes conocidos o soñados que las mujeres que entraban en clausura debían dejar atrás. Para una noble, ingresar en Pedralbes significaba, en teoría, renunciar a aquel mundo de maravillas personales para dedicarse a Dios, aunque en el siglo XVI la pobreza estricta no se observaba y en la calle el abuso del lujo era evidente.

 

 
 

Nacimiento de san Eloy

Pere Nunyes
1526-1529
Óleo sobre tabla
MNAC 024254-000
© Museu Nacional d'Art de Catalunya
Fotografía: Calveras/Mérida/Sagristà

 

El matrimonio carnal y el matrimonio místico

La sociedad de los siglos XVI y XVII fomentaba el matrimonio entre iguales para mantener el orden social. La novia pasaba de la casa del padre a la del marido para ejercer de señora de la casa. Las posibilidades económicas definían la elección de pareja, ya que el matrimonio implicaba la aportación de una dote. Constituida esencialmente por dinero y bienes patrimoniales que pasaba a administrar el marido, la dote también incluía mobiliario, principalmente el arca con el ajuar.

Una o varias arcas, sencillas o lujosas... El tipo de mueble identificaba el estatus de la familia de la novia o monja. Ella era su propietaria, lo usaba y custodiaba su llave. El monasterio conserva una rica colección de arcas, algunas del modelo con cajones propio de Cataluña.

Al ingresar en un monasterio también había que pagar gasto y dote, pero las cantidades podían ser menores. Por esta razón, profesar era una salida para mantener el patrimonio familiar. Pedralbes conserva el libro de velos, donde se indican las cantidades aportadas para la dote y los gastos de manutención. Son más elevadas que en otros monasterios, pero inferiores a las dotes de matrimonios entre seglares del mismo nivel social.

Dentro de la casa, el dormitorio era el espacio más relevante. Allí se concebía al hijo, se nacía, se superaban las enfermedades y se moría. Así, la cama era simbólicamente el mueble más importante y, materialmente, el más caro de la casa, puesto que incorporaba gran cantidad de tejidos. Las camas más ricas de los siglos XVI y XVII eran las llamadas de campo, con pilares, dosel y cortinas, aunque también lucían las de medios pilares; ambas seguían modelos italianos.

Los objetos expuestos en este espacio se acompañan de un audiovisual que presenta escenas de distintos nacimientos para recordar que es un acto esencial en la vida de cualquier persona. En aquella época, era un acontecimiento protagonizado y dirigido por mujeres que trabajaban en equipo para garantizar el éxito del parto: la madre, la comadrona y las amigas o criadas ejerciendo de enfermeras. Un acontecimiento en el que los hombres no participaban hasta el momento de la presentación del recién nacido.

Contrastamos el dormitorio acomodado con la cama que utilizaron durante siglos las monjas en el dormitorio comunitario de Pedralbes. Se trata de un modelo sencillo de patas bifurcadas con jergón de paja.

 

 
 

La infanta Margarita y su confesor

Pedro Perret (hijo)
1636
Grabado
MNAC R-2286-G
© Museu Nacional d'Art de Catalunya
Fotografía: Calveras/Mérida/Sagristà

 

El asiento, símbolo de posición social

La exposición acaba en la sala capitular, donde la decoración medieval de las paredes se aprovecha para crear una escenografía que representa la visita de los consejeros de Barcelona al monasterio, un acontecimiento que se repetía anualmente. Cada cual ocupaba el lugar que le correspondía según su cargo. Además, la abadesa dejaba claro que era la autoridad del monasterio.

En realidad, todo este espacio de Las mujeres también se sientan está dedicado al asiento: se muestran sus distintas tipologías y modelos y se explican sus diferencias. Además, un audiovisual muestra el uso protocolario de este mueble en el retrato de corte de los Austrias.

La exposición concluye con un espacio activo titulado "Coge asiento" donde se invita a sentarse a dos personas, una en una posición más alta que la otra y con la espalda rígida, para recordar que en los siglos XVI y XVII quien tenía derecho a sentarse no esperaba el descanso del cuerpo, sino marcar su estatus.

Se explica que las mujeres se sentaban habitualmente en sillas bajas o en el suelo, sobre almohadones o posaderos, posición que las obligaba a dirigir la vista hacia arriba, con una mirada de humildad y respeto, actitudes que definían lo que se esperaba de la mujer con respecto al hombre.

 

Dirección y horarios: Baixada del Monestir nº 9, Barcelona.
Martes a viernes, de 10:00 a 14:00 horas; sábados y domingos, de 10:00 a 17:00 horas.

 

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Lambrequín

Anónimo
Siglo XVI
Terciopelo de seda bicolor
CDMT 85
© CDMT - Quico Ortega

 

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