La obra, realizada en madera policromada (81 x 31 cm), se conserva actualmente en el Museo de Tudela, cuya sede se encuentra en el Palacio Decanal, edificio de origen gótico con reformas platerescas y barrocas posteriores, cuya historia se halla ligada a la de la catedral de Tudela y el claustro románico de la antigua colegiata de Santa María de Tudela, como parte integrante del conjunto catedralicio.

Es uno de los ejemplos más señeros sobre la iconografía de San Juan Bautista Niño o San Juanito en Navarra, donde se conoce popularmente como San Juanico. Se trata de una magnífica y delicada escultura dieciochesca, realizada en torno al año 1760, atribuida fehacientemente a Luis Salvador Carmona (Nava del Rey, Valladolid, 1708 - Madrid, 1767), y que, al igual que un Niño Jesús Triunfante que se conserva también en el Museo de Tudela y con el que forma pareja -como el Niño Jesús y el San Juanito del templo de San Bartolomé de Lekaroz, otra localidad navarra-, procede del convento de las Capuchinas de Tudela. Sin fundamento alguno ambas llegaron a ser atribuidas al escultor granadino José Risueño.

La presencia de imágenes del Niño Jesús y, en menor medida, de San Juan Bautista Niño es bastante frecuente en el ámbito de las clausuras monacales y conventuales españolas, en especial dentro de los cenobios femeninos. Representaciones infantiles, habitualmente concebidas para la devoción privada, en las cuales los sentimientos piadosos que pretendían despertar se entremezclan, inevitablemente, con los sentimientos de ternura, casi maternal, que las religiosas les han profesado a lo largo de los siglos.

El San Juanico de Tudela podría considerarse una versión infantil del Bautista de Estepa, obra que llega a la localidad andaluza por mediación de Juan Bautista Centurión y Ayala, VII Marqués de Estepa, como consecuencia de la estrecha relación que mantienen tanto Carmona como el marqués con la Corte en Madrid y con la Orden Tercera Franciscana.

El Bautista de Estepa es una obra plenamente barroca fechable en 1743, de 130 cm de altura, que, como el San Juanico, presenta un refinado modelado en el rostro, torso -no visible en la figura infantil por la túnica de pelo que lleva superpuesta-, brazos y piernas, de perfecto estudio anatómico, en la que deja entrever una rigurosa obsesión por el mínimo detalle, como en el prodigioso tratamiento del cabello y de la barba, casi pelo a pelo, de la boca, de la frente y de las sienes. La postura en los dos casos es idéntica, señalando con la mano derecha al cordero que se halla en el lado izquierdo, levantando la cabeza en busca del rostro del Precursor, y portando con la mano izquierda una caña rematada en una cruz que realiza la función de cayado, y por tanto, de apoyo, presentando un elegante movimiento arqueando su cuerpo sobre la pierna izquierda, en bello contraposto, a la vez que busca el necesario apoyo sobre la caña que sostiene.

Carmona en 1708 va a establecer su obrador en Madrid, que se convertirá en el más importante de la Corte. Allí recibirá a una numerosísima clientela de obispos y nobles, caballeros y frailes, conocedores de su fama a través de los contactos que había establecido en el Palacio Real Nuevo y en la Real Academia de San Fernando en la que alcanzó a ser Teniente Director de Escultura. Entre los clientes más destacados se encontraban los congregantes de San Fermín de los Navarros, hombres bien situados por pertenecer a la administración, al ejército, a la iglesia, o simplemente al mundo de los negocios, cuya generosidad hizo posible la donación a la iglesia madrileña de un selecto grupo de quince imágenes. Fue Gastón de Iriarte, un baztanés de Irurita, el encargado de contratar personalmente las imágenes con el escultor.

La referida Real Congregación puede considerarse el origen de los ricos conjuntos de esculturas de Carmona que se encuentran en Navarra, concentrados en el valle de Baztan y Cinco Villas, y fuera de este área en Sesma y Olite, de tal manera que la densidad de obras de Luis Salvador Carmona en Navarra es superior a la de otras regiones españolas y constituyen un rico patrimonio artístico.