LA BATALLA DE ANGHIARI

14/03/2012


 

 

 

Sensacional descubrimiento en la búsqueda de La Batalla de Anghiari, una obra maestra de Leonardo que, hasta la fecha, se creía desaparecida: un trazo de color negro hallado detrás de un fresco pintado por Giorgio Vasari en la pared este del llamado "Salone dei Cinquecento" del Palazzo Vecchio de Florencia muestra una composición química compatible con el negro utilizado por el maestro en La Gioconda y el San Juan Bautista que se conservan en el parisino Museo del Louvre. Dicho pigmento está compuesto, principalmente, por manganeso, con una porción de hierro.

Los investigadores italianos, bajo la dirección de Maurizio Seracini -un ingeniero que, desde hace 37 años, dedica todo su tiempo y su trabajo a buscar La Batalla de Anghiari-, han encontrado también pigmentos de color marrón y beige, similares igualmente a los empleados por Leonardo en las dos obras del Louvre antes mencionadas, así como otros de color rojizo, posiblemente fragmentos orgánicos asociados con laca roja. Según los científicos, es difícil encontrar este tipo de material sobre una pared enlucida con normalidad. Por otro lado, existen imágenes facilitadas por los investigadores que muestran cómo la capa beige en la pared original solo se ha podido aplicar con un pincel.

La Batalla de Anghiari, una obra que había de formar pendant con La Batalla de Cascina -encomendada a Miguel Ángel en 1504- y estaba destinada a decorar el también conocido como "Salón del Gran Consejo" del Palazzo Vecchio, tuvo una vida efímera -al igual que Medusa, obra de juventud de Leonardo citada por el propio Vasari- y solo es conocida por algunos diseños y la copia que hizo Rubens del grupo central, con la escena del rescate del estandarte, momento que Leonardo aprovechó para plasmar un choque violento de jinetes, fragmento magistral que influyó poderosamente en épocas posteriores.

El mural, de cuatro metros por seis y medio, recrea la victoria de los florentinos sobre Milán y lleva siglos desaparecido. Presuntamente, fue tapiado en 1563 cuando la ciudad estaba gobernada por los Medici. En aquel entonces, se encargó al pintor y arquitecto Giorgio Vasari nuevas obras para el Palazzo Vecchio, pero en lugar de destrozar el mural, tal y como al parecer han demostrado las investigaciones del equipo de Seracini -auspiciadas por instituciones como el Ayuntamiento de Florencia, la Universidad de San Diego o National Geographic- lo habría tapiado movido por su admiración al maestro Da Vinci.

 

 

 

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