LA VIRGEN DEL SOCORRO DE LAS BREÑAS (ISLA DE LA PALMA)

Texto y fotografías de José Guillermo Rodríguez Escudero (31/08/2009)


 

 

 

La majestuosa talla de la Virgen del Socorro, venerada en su ermita ubicada en terrenos del municipio palmero de Breña Baja (si bien, administrativamente, el solar comprendido dentro de sus murallas pertenece a la vecina villa de Breña Alta) es una escultura en madera policromada de 99 cm del altura, obra del célebre artista palmero Bernardo Manuel de Silva (1655-1721). Esta magnífica escultura, salida de la “mano del mejor pintor que tiene esta isla”, según constaba en un auto de la época, al igual que otras tallas marianas del maestro tiene una gran influencia de la imaginería flamenca. Los débitos flamencos, como nos informa Pérez Morera, “se manifiestan especialmente en el tipo de rostro, que presenta como característica común dulce expresión ensimismada y abstraída, mente amplia y abombada, ojos semiabiertos, pintados al temple, cejas finas y curvas, labios pequeños, barbilla prominente y redondeada y cabello partido en raya a la mitad, que cae en suaves ondulaciones”.

El historiador Pérez Morera indica también que “la belleza que irradia la majestuosidad icónica de la pieza, manifiesta el elevado nivel alcanzado por los escultores palmeros”. La autoridad eclesiástica tampoco quedó al margen de estas alabanzas a la presente talla mariana. Así, su acabado llamó la atención del primer obispo de Tenerife, Luis Flojeras Sión. Prueba de ello fue lo que consta en el Libro de Visitas, en el año 1831: “En esta Iglesia hay una imagen de nuestra Señora con una disciplina en la mano en ademan de azotar al Diablo que tiene a los piez; se encargo al Señor Visitador que indagara el origen de esta singularidad”.

A este tipo iconográfico de la Virgen, de pie con el Niño Jesús en brazos, corresponden varias imágenes que se atribuyeron durante mucho tiempo al artista, como la Virgen del Rosario (1690) de la Parroquia de San Andrés (en la localidad palmera de San Andrés y Sauces) y la Virgen del Carmen (1703) de la de Villa de Mazo. A pesar de que son varios investigadores los que han confirmado su autoría, actualmente se ha desechado tal estudio. Las dos  tallas se catalogan en la actualidad como flamencas. Sin embargo, son piezas que presentan idénticas características formales, “de ahí la supuesta filiación flamenca que se les ha querido dar”.

Tanto la elegante y suave caída de los pliegues de la Virgen del Socorro, su tipo de calzado y los motivos de sus estofados apuntan su paternidad, al igual que el acabado posterior de la pieza -repetido en casi todas las esculturas por Bernardo Manuel de Silva-, con manto que cruza diagonalmente desde el hombro izquierdo hasta la altura de la cintura, cayendo por la espalda en pliegues paralelos y rectos. Pérez Morera también compara la imagen del Niño, cuya cabeza se asemeja con la de la talla de San José, de la parroquial de la villa de Los Llanos de Aridane.

 

 

 

En opinión de Pérez Morera, la interesante efigie de la Virgen del Socorro muestra igualmente una expresión flamenca en su “rostro oval, enmarcado por la caída ondulada del cabello, partido en dos, que desciende libremente por la espalda hasta más debajo de los hombros. Sin embargo, la posición hierática y frontal, así como el aspecto de tronco, que acusa la disposición vertical de los pliegues, confieren a la talla un aspecto más arcaizante y un volumen más concentrado”. El profesor palmero también profundiza en los motivos y la técnica que muestran los estofados de los vestidos, comparándolos con otras obras escultóricas de Bernardo Manuel de Silva, “a base de motivos florales compuestos de trifolias, gruesos roleos y orlas punteadas en oro”.

A sus pies, aparecen dos figuras que representan el Bien y el Mal, encarnados por las figuras de un angelito y un diablo, respectivamente. El Maligno está representado por una terrible figura antropomorfa, alada y completamente negra, que aparece de pie, con una cara de bestia demoníaca y grandes cuernos. Los afilados dientes blancos, sobre todo los caninos, sobresalen de una boca grande con su fondo rojo. Realmente, es un simulacro que impone respeto y que nos recuerda a la figura popularmente conocida como el Diablo de Tijarafe. Se cuenta que hace unas décadas, allá por los años 80 del siglo XX, un“medio loco de San José”, no se sabe cómo, agarró la talla antigua de Satán y lo destrozó. Una vecina del barrio fue la que talló la que ahora está colocada a los pies de la Virgen.

El lunes siguiente al último domingo de agosto, los pureros de las Breñas celebran con fervor la onomástica anual de su patrona, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. La bonita imagen es homenajeada con novenas y procesiones y diversos actos, entre los que se encuentran el tradicional “Baile de la Escoba”. Por la curiosa peculiaridad de su ubicación, que diferencia su ermita de otros recintos sacros erigidos en el territorio insular, en la solemne festividad de la Virgen las corporaciones municipales de Breña Alta y Breña Baja son invitadas a participar. De hecho, una placa en la plaza de la ermita, fechada el 24 de agosto de 2001, recuerda que es la Virgen del Socorro el símbolo de unión entre ambas Breñas. El Excelentísimo Cabildo Insular de La Palma y los Ayuntamientos de Breña Baja y Breña Alta, restauraron el histórico recinto y la plaza conjuntamente.

 

 

FUENTES: LORENZO RODRÍGUEZ, Juan Bautista: Noticias para la Historia de La Palma, La Laguna- Santa Cruz de La Palma, 1975 y 1997, tomos I y II; PÉREZ MORERA, Jesús. Silva. Bernardo Manuel de Silva, Biblioteca de Artistas Canarios, Viceconsejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1994.

 

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