CAMINO DE LA PERDICIÓN

Texto de José María Ruiz Montes. Fotografías de Ruperto Leal (05/02/2017)


 

 

Retomamos los artículos sobre la iconografía realizada por el escultor José María Ruiz Montes en el trono malagueño de la Redención, con las tipificaciones del Mal, resumidas por el Cristianismo en cuatro capítulos y relacionadas, en este caso, con el relieve de los Pecados Capitales que analizamos en la anterior entrega.

 

LUCIFER

 

 

Alegoría del ángel caído en altorrelieve, al que se le llama con numerosos términos: Satanás, Demonio, Diablo, Leviatán, Luzbel... El término más conocido y original: Lucifer (portador de luz), del latín "lux" (luz) y "fero" (llevar).

Aquí se le representa con belleza, orgullo y sabiduría, figura vertical enmarcada y entrelazada por la estrella de Venus invertida, símbolo de rebeldía, portando en su mano izquierda, mordida por su réplica, los orígenes del pecado.

 

 

En los primeros textos sagrados, Lucifer ya aparece citado por el profeta Isaías (Is 14, 12-14): "¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por la tierra, que debilitaba a las naciones. Tú que decías en tu corazón: subiré al cielo, en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte. Sobre las alturas de la nube subiré, seré semejante al Altísimo."

 

 

Lucifer era, por tanto, uno de los ángeles predilectos que tenía Dios a su servicio. La soberbia según unos y la disidencia según otros, fue el motivo de su descenso a los infiernos, convirtiéndose así en Satanás (ver enlace inferior).

 

 

ADÁN Y EVA

 

 

Segunda en la cronología del camino de la historia del mal. Escena en la que se representa el momento de probar la manzana ofrecida por la serpiente. Las figuras, masculina y femenina, aparecen equidistantes, divididas. Como eje del motivo, y sentados ambos sobre ella, la cepa de la vida, representación de Cristo.

 

 

En consecuencia, observamos el Árbol de la Ciencia, llegando la copa hasta el extremo superior del motivo en mediorrelieve, y el paisaje en bajorrelieve con el horizonte en la lejanía, el Jardín del Edén recogido en el Génesis (Gn 1, 27): "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios, lo creó varón y hembra en el Paraíso; para probar su fidelidad y obediencia le dio el mandato de comer de todos los árboles del huerto, excepto de uno, llamado Árbol de la Ciencia del bien y del mal, mas no le prohibió comer del árbol de la vida."

 

 

Eva aparece cogiendo la manzana instruida por Satanás, que se enrolla alrededor del tronco del árbol. Ya se le ha hecho entrega del fruto a Adán, que porta la manzana en su mano. Justamente, antes de probarla, se dirige hacia el espectador, haciéndonos partícipe de esta manera: ¿qué haríamos nosotros en el caso de ellos?

 

 

CAÍN Y ABEL

 

 

Tercera escena. El primer homicidio cometido por el ser humano y contra su propio hermano. Composición dinámica dispuesta en movimiento, combinación en una dualidad circular sin fin.

 

 

Caín, en mediorrelieve, agarra a su hermano del cuello empujándolo al suelo, y con la otra mano, a punto de asestarle el golpe con la quijada de asno a Abel, en altorrelieve.

 

 

Según cuentan las sagradas escrituras en el Génesis, Caín se dedicó a la agricultura, mientras que su hermano menor al pastoreo. Ellos presentaban sacrificios a Yahvé; al verlos, Dios prefirió el sacrificio de Abel (de los primogénitos de sus ovejas) al de Caín (del fruto de la tierra), quien enloqueció de celos y mató a su hermano, llevándose, después de esto, sus cultivos.

Al ser interrogado por Yahvé acerca del paradero de su hermano, Caín le responde: "¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano?". Sabiendo Yahvé lo ocurrido, castigó a Caín condenándolo a vagar por la tierra.

 

 

DRAGÓN DE LAS SIETE CABEZAS

 

 

Alegoría de la bestia que se cita en el Apocalipsis (Jn 9, 1). El motivo centralizado, plasmado en la figura de la bestia, compuesta como de un árbol enredado se tratara, apareciendo las cabezas en distintas alturas de relieves, colocadas en varios puntos de vista.

 

 

Dicen las sagradas escrituras: "Las siete cabezas son los siete montes sobre los cuales la mujer tiene su asiento y también son siete reyes; cinco cayeron, uno siete, y el otro no ha venido aún. Cuando venga, debe durar poco tiempo. Los diez cuernos son diez reyes; los cuales, todavía no han recibido, mas recibirán potestad como reyes por una hora o por breve tiempo, después de la bestia".

 

 

Al igual que las anteriores, la escena se enmarca en un tondo. De fondo, inscrito el símbolo o sello al que pertenece, al lado de la bestia: 666. Esta bestia resucita la profecía después de varios siglos de haber sido anunciada por Daniel. Ella ha de jugar un papel importante en el final de los tiempos.

 


 

 

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