JOSEP SEGRELLES


 

 

Pintor e ilustrador de reconocido prestigio, el trabajo de Segrelles se publicó en revistas y periódicos españoles, ingleses, franceses y estadounidenses como, La Esfera, Blanco y Negro, The Illustrated London News, The Skets, Cosmopolitan, Redbook, Fortune, The American Weekly, The New York Times, entre otros.

Josep Segrelles Albert (Albaida, Valencia, 1885-1969) estudió en la Academia de San Carlos de Valencia, en la que fue discípulo de Sorolla, y en la Llotja de Barcelona, donde se licenció en Bellas Artes. Mientras completaba su formación en la Ciudad Condal, entró a trabajar en la casa de fotografías Napoleón. Retocando fotografías en dicho establecimiento, empezó a trabajar como ilustrador para la editorial Granada y a los 27 años de edad ilustraba ya para la casa Araluce junto con otros artistas de prestigio.

En 1918 expuso en Barcelona. A esta muestra acudió el novelista valenciano Vicente Blasco Ibáñez, quien, admirado por la obra de Segrelles, le pidió que ilustrara cuatro de sus novelas: La Catedral, Flor de Mayo, El Intruso y Los Muertos mandan. Segrelles aceptó y se puso de inmediato a trabajar en este proyecto, captando perfectamente el ambiente que Blasco Ibáñez introduce en sus inmortales relatos.

En los años 30, Segrelles llegó a instalarse en Nueva York, donde trabajó sobre todo como creativo publicitario para agencias como Ford, Lincoln o Packard. Una prolífica producción que ha influido de manera decisiva en cineastas y directores de arte como Guillermo del Toro, John Howe (ilustrador de El Señor de los Anillos y El Hobbit) o William Stout (ilustrador de Hellboy, El Laberinto del Fauno y Conan el Bárbaro).

 

 

Durante su estancia en América, Segrelles disfrutó su triunfo sin parar de trabajar. A menudo echaba de menos su tierra y el estudio de su casa en Albaida. Para apagar esa melancolía comenzó a diseñar y esbozar salas y rincones, los cuales formarían años más tarde diseños para su Casa-Museo. 

Es sabido por los seguidores del famoso director cinematográfico Guillermo del Toro de su afición a los cómics y de su empedernida devoción a los libros ilustrados por artistas como Segrelles; no en vano, sus películas se hacen realidad a partir de los storyboard, de los miles de dibujos realizados por los ilustradores más cualificados. El mismo William Stout, dibujante de la película El Laberinto del Fauno, galardonada con un premio Oscar por la Academia de Hollywood, llegaba a confirmar su admiración desde hacía décadas por la obra de Josep Segrelles visitando su Casa Museo en Albaida (Valencia) en septiembre del año 2007.

En 1936 estalla la Guerra Civil y el pintor pasa los tres años de la contienda en su ciudad natal. En 1940 fijó definitivamente su residencia en Albaida. Fue entonces cuando empezó a alzar un estudio amplio y luminoso, como un palacete árabe, de acuerdo con los dibujos realizados en Nueva York, contar con una biblioteca para su gente y una sala museo para dar recitales y conferencias; y sobre todo, a estar con su esposa Rosita Tormo. Desgraciadamente, veinte meses después de la boda, su esposa falleció sin ver acabada la casa.

Realizó Segrelles encargos para la iglesia arciprestal de Albaida con varios óleos de tamaño considerable que adornan el retablo de este templo. A partir de esta obra monumental comienzan a llegar encargos sacros de otras ciudades además de Valencia, ya que su arte místico se extendió hasta El Vaticano.

 

 

En los 50 emprendió, como posible evasión de las obras religiosas, una nueva etapa en la cual emplea toda su imaginación y técnica: los temas siderales. Comenzó esbozando al carbón imaginarios cráteres lunares, y es en los 60 cuando empezó realmente a soñar innumerables temas espaciales, ejecutando la mayoría al óleo.

Segrelles fue considerado en los años 20 por Jaume Passarell, en El Mirador, como "el cartelista número uno de Barcelona"; elevado en 1931, en Nueva York, como el mejor ilustrador español y reconocido su prestigio en España en el año 1966 con la publicación de Don Quijote de la Mancha, fruto de su gran admiración hacia las obras de Cervantes; de hecho, para Segrelles El Quijote fue el vértice de su carrera artística.

Josep Segrelles, que ocupó el puesto de Diputado y Catedrático de Bellas Artes en la Universidad de Valencia y el de pintor de cámara a título permanente de la Diputación de Valencia, es sin ninguna duda el artista valenciano más conocido internacionalmente después de Sorolla y su obra, sobre todo la publicada en los rotativos y revistas americanas y europeas de los años 30, sigue siendo hoy admirada y venerada por diseñadores gráficos, dibujantes, cartelistas, artistas plásticos y cinematográficos.

Después de 83 años de trabajos y viajes, premios y triunfos, cargos y cargas, emociones y nombramientos, a las cinco de la tarde del 3 de marzo de 1969 una especie de nube roja apuntaba a Albaida mientras las campanas de la torre no paraban de sonar, anunciando el nuevo viaje que Josep Segrelles había emprendido hacia lo desconocido, segundos después de haber observado por televisión cómo el "Apolo IX" surcaba el espacio.

 

 

El MuVIM (Calle de Quevedo, 10) ofrece hasta el 31 de mayo de 2015, en la exposición Segrelles. El Laberinto de la Fantasía, la retrospectiva más cuidada y completa de cuantas se han dedicado en Valencia a Segrelles. Horario: martes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 20:00 horas.

 

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