ELENA ASINS


 

 

Elena Asins (Madrid, 1940) recoge la tradición constructiva de la vanguardia del siglo XX y la combina con la computación y la teoría de la información de la década de los 60, atravesando el arte óptico y el minimalismo. Esta forma de proceder, que involucra el consistente empleo de la teoría de cálculo y los algoritmos para sus realizaciones, hacen de Asins una de las pioneras del arte asistido por ordenador en España, además de una de las raras representantes de una vertiente del arte conceptual muy poco explorada en el conceptualismo español: aquella que defiende la idea como motor de la realización artística, frente a otras prácticas más políticas o sociológicas.

La investigación y el análisis del lenguaje plástico como sistema y proceso, es una de las líneas de trabajo más importantes de la carrera de Elena Asins, que nunca se ha constreñido al formalismo o a disciplinas estancas, sino que ha permanecido abierta a un amplísimo abanico de formatos (poesía concreta, dibujo, instalación o vídeo, libro, escultura) e intereses (música, arquitectura, urbanismo, etcétera).

A partir del año 1953, Elena Asins asiste a clases de pintura en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, y posteriormente en el Círculo de Bellas Artes y en la Escuela de Cerámica de la misma ciudad. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de París, en la Universidad de Stuttgart (Semiótica con el profesor Max Bense), en la Universidad Complutense de Madrid (Centro de Cálculo), en The New School for Social Research (Nueva York) y en la Columbia University (Departament of Computer Science: Computer Art), donde fue invitada como Visiting Scholar para la investigación de la aplicación digital en las artes plásticas (computer art).

1968 es un año importante en la trayectoria de Elena Asins. Por una parte, se celebran los primeros seminarios de Generación Automática de Formas Plásticas en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, primera experiencia en España de incorporación de la cibernética a los procesos artísticos. En ella, Asins participa junto a artistas como José Luis Alexanco, Barbadillo, Luis Lugán, Eduardo Sanz, Soledad Sevilla, Eusebio Sempere y José María López Yturralde. Por otro lado, también en 1968, lleva a cabo sus dos primeras exposiciones individuales, en la Galería Edurne de Madrid y en el Cercle Artistic de Sant Lluc de Barcelona.

 

 

Desde fecha temprana, Asins abandona la figuración inicial para centrarse en la investigación del espacio y de la geometría, pasando a realizar una obra de corte abstracto. Hasta el año 1968, la artista forma parte de círculos experimentalistas, como la Cooperativa de Producción Artística y Artesana, iniciativa de Ignacio Gómez de Liaño junto a Herminio Molero, Manuel Quejido, Francisco Salazar y otros, un espacio abierto al debate y la contaminación de diversas disciplinas en que conviven las artes plásticas con la poesía y la lingüística, la filosofía, la música o la arquitectura. Elena Asins comienza explorando diversas opciones que van desde el arte óptico hasta la pintura monocroma -en línea con el suprematismo del pintor ruso Kazimir Malévich-, tanteando e incorporando soportes no convencionales como el hilo de nylon o sencillas figuras de papel plegado. También utiliza procedimientos estandarizados de rotulación y mecanografiado, tipografías letraset, cintas dymo o composiciones realizadas con la máquina de escribir, para piezas más cercanas a la poesía concreta. En estos momentos Asins trabaja en sintonía con la segunda generación de artistas geométricos españoles de la posguerra y se orienta hacia la investigación y el análisis del lenguaje plástico como sistema y proceso.

En sus obras óptico-cinéticas se observa una relación con el trabajo de Eusebio Sempere y otros artistas que habían trabajado en esa línea, si bien se aprecia también una preocupación específica por el signo y el lenguaje, más propia de la fascinación por la semiótica de la nueva generación.

Asins aplica la idea de la fusión de arte y tecnología a su sistemático estudio de la estructura del campo plástico. Iniciados los 70, comienza a elaborar la noción de estructura en obras que encuentran concomitancias con artistas de la generación anterior, como Pablo Palazuelo, a la vez que desarrolla composiciones extraordinariamente apaisadas (rollos de papel offset) que patentizan un interés en la dimensión temporal.

A mitad de los 70 se dedica de manera más metódica al estudio de las estructuras. En la exposición encontramos un importante conjunto de obras perteneciente a la serie Strukturen, que la artista numera empleando nomenclatura musical. Son piezas que lleva a cabo en distintos soportes y en las cuales despliega una gran variedad compositiva. Los elementos plásticos ponen constantemente en juego las variables de espacio, tiempo y ritmo. En estas obras, Asins despliega combinaciones y variaciones en las que ya empieza a jugar con la idea del negativo y la valoración del vacío: en efecto, las líneas y planos mantienen relaciones estructurales entre ellos en lugar de dibujar formas.

Los Cuartetos Prusianos (1979-1981), inspirados en los cuartetos de cuerda de Mozart para Federico Guillermo II de Prusia, intensifican la depuración de elementos plásticos, ahora estrictamente lineales, y una concentración extrema en las nociones de secuencia espacial, movimiento y ritmo, aludiendo a las sensaciones de la música y la danza.

 

 

En el año 1980 la artista viaja Nueva York y, como consecuencia de ello, en su trabajo se aprecia una preocupación por la tridimensionalidad en el abordaje de cuestiones relativas a la arquitectura y el urbanismo, como en las obras Project for an Architecture de 1981, preludio de la extensa serie de trabajos titulados Scale.

En Paradigma for Scale, realizada en 1982, obra perteneciente a la colección del Museo Reina Sofía y compuesta por 272 dibujos a lápiz, tinta y esmalte sobre papel vegetal, podemos apreciar el desarrollo de sus estudios de la estructura del plano mediante formas progresivas y generativas, en este caso a partir del concepto de escala.

La artista se centrará intensamente en formas generadas por ordenador durante su estancia en Hamburgo, entre los años 1987 y 1990. Los dibujos a ordenador sobre papel continuo con la ayuda de impresora muestran claramente la filiación netamente conceptual del trabajo. En esta época lleva a cabo una serie de libros en papel continuo directamente realizados en ordenador, inspirados en motivos religiosos y filosóficos que van desde el Viejo y el Nuevo Testamento hasta Wittgenstein, como la trilogía The Enigma, Ludwig Wittgenstein-Zettel, Caligraphy o Metanoia. Esta línea de trabajo de dibujos asistidos por ordenador, con un fuerte contenido espiritual continuará en los años 90 con las impresiones digitales I Ching (1994), basadas en el Libro de las Mutaciones chino.

Durante la última década del siglo XX, y ya en el siglo XXI, Elena Asins aborda nuevos retos: la escultura, la instalación o el vídeo, medios en los que sigue trabajando hasta hoy. En estos últimos años, su producción ha continuado en una línea que, acertadamente calificada de ascética, busca aunar el rigor de sus investigaciones con una voluntad más trascendente. Los vídeos le permiten emplear la imagen en movimiento para continuar con sus exploraciones sobre la ordenación de espacio y tiempo, aspectos centrales de su obra.

Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en las series Dolmen y Menhir, de los años 90, que abarcan tanto obra gráfica como relieves y esculturas: “me gustaría hacer claro que no se trata de reproducir aquí lo que es un menhir como monumento megalítico, sino de encontrar el arquetipo que muestre eficazmente los más profundos anhelos de la vida humana”, explica. En ellas realiza variaciones sobre figuras básicas, como el rectángulo o el paralelepípedo truncados en una de las esquinas, en las que la idea del vacío como posibilidad cobra protagonismo.

Elena Asins ha realizado más de cuarenta exposiciones individuales en distintos países y publicado ensayos sobre estética y poesía experimental en publicaciones especializadas en arte y estética, tanto en España, como en Francia, Alemania y Estados Unidos. Su obra se encuentra en numerosos museos y en colecciones privadas y públicas.

 

 

Exposición Fragmentos de la Memoria hasta el 31 de octubre de 2011 en el Edificio Sabatini
del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Calle Santa Isabel, nº 52, Madrid)
Horarios: de lunes a sábado, de 10:00 a 21:00 horas; domingo, de 10:00 a 14:30 horas; martes, cerrado.

 

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