SOMBRAS (V)
DOS MUJERES BAJO LA LÁMPARA

Sergio Cabaco y Jesús Abades. Con información de Victor I. Stoichita


 

 

El simbolismo, al apartarse de la representación naturalista de la realidad, encumbró la visión subjetiva como eje de la representación plástica. Lo misterioso y lo sombrío despertaron la creatividad de escritores y artistas. En las escenas de interior de Claude Monet, en las que varios personajes de una misma familia se concentran bajo la luz de una lámpara, todavía resuenan ecos del tardo-romanticismo francés, aunque con un mayor énfasis concedido al estudio de la luz y la sombra como fenómeno plástico.

Su ejemplo fue seguido por los pintores nabis Édouard Vuillard y Félix Vallotton, en cuyos interiores la atmósfera se adensa y las formas tienden a aplanarse. Desde una óptica más literaria, la sombra también centrará buena parte de la producción de Léon Spilliaert, Xavier Mellery o el joven Frantisek Kupka.

El francés Édouard Vuillard (1868-1940) fue uno de los mejores pintores del grupo de los Nabis ("profeta", en hebreo), formado a través de Gauguin como una rama del simbolismo menos fantasiosa y visionaria, más ligada a un nuevo uso de los instrumentos lingüísticos de la pintura, en relación con el sintetismo y el Art Nouveau.

La pintura de Vuillard, al igual que la de otros nabis como Bonnard, evolucionó desde temas del París moderno hacia una pintura de interiores domésticos, para expresar el estado psicológico y emocional y, técnicamente, abandonar las manchas planas de color por una pincelada dividida y vibrante a la manera impresionista. Es el caso de la obra que aparece en la fotografía, Dos Mujeres bajo la Lámpara (1892), un óleo sobre lienzo adherido a tabla de 33 x 41 cm que se conserva en el Centre Pompidou de París.

 

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