LOS ARTISTAS VINCULADOS AL TEMPLO DEL SANTO ÁNGEL DE SEVILLA
LUIS DE MORALES

Juan Dobado (01/02/2021)


 

 

Entre las obras de arte del Museo del Santo Ángel sobresale especialmente esta interesante pintura de la Piedad al óleo sobre cobre que, en una primera impresión, parecía una reproducción de la tabla de Morales que conservan las Teresas de Sevilla y que forma parte de un tríptico que donó la duquesa de Béjar, la madre Juana de la Santísima Trinidad, cuando entró como novicia en el convento hispalense.

Aunque se consideraba en principio una copia, no dejaba de llamar la atención la gran calidad de la obra. Nuestro deseo de ver si podría tratarse de una simple copia o de un original, nos hizo adentrarnos en su posible autoría. Lo primero era comprobar si Morales había utilizado el soporte sobre cobre, lo cual comprobamos que lo había empleado en algunas ocasiones pero en obras que no alcanzan la calidad técnica de la que estudiamos, aspecto que nos confirmó la conservadora del Museo del Prado, Leticia Ruiz.

Pronto empezó a plantearse que pudiera tratarse de un original de Luis de Morales, llamado "el Divino" (Badajoz, hacia 1509 - Alcántara, Cáceres, hacia 1586), uno de los pintores más personales del siglo XVI español. La Piedad es uno de sus temas predilectos y más difundidos.

La calidad, tras la restauración de Carmen Bahíma, es muy similar a la de otros ejemplares de la Piedad que conocemos, sobre todo los conservados en la Orden, el de las Teresas de Sevilla y el de las descalzas de Granada. De la pintura de las descalzas de Valladolid ya se separa un poco más iconográficamente. De entre las que hay fuera del Carmelo se aproxima a la de la Catedral de Málaga o a la del Museo Meadows de Dallas.

Este grupo de obras de Morales ha llegado al Carmelo mediante donaciones a la Orden de bienhechores, que las han entregado al ingresar en su seno o bien como agradecimiento a la misma. Ésta en cuestión podría datarse en la década de 1560, al igual que las otras versiones que se conservan en el Carmelo teresiano.

La obra había llegado al Santo Ángel de Sevilla desde otros conventos. Su lugar de origen podría ser el convento de las Teresas de Sevilla y su posible vinculación con la duquesa de Béjar, ya que conocemos el inventario de sus bienes, los cuales quedaron la mayoría de ellos en dicho convento sevillano. Entre las primeras piezas catalogadas del inventario de la recámara de la duquesa de Béjar, del 30 de diciembre de 1623, figuran:

 

"Una lámina de Nuestra Señora con un Cristo muerto en los brazos guarnecida de ébano, cómprela con mi dinero. Otra lámina de Nuestra Señora de las Angustias guarnecida de ébano con sus cantoneras y tres cadenillas de plata, diómela el abuelo de Don Antonio de Collantes".

 

Sobre la llegada de la Piedad a manos de la duquesa de Béjar, también nos puede orientar otra pieza escultórica que se conserva en su inventario, ahora igualmente en los fondos del museo sevillano del Santo Ángel:

 

"Un Niño Jesús en una silla recostado sobre una almohada dormido con el mundo en la mano y una corona de cuello con peana y almohada debajo de los pies, diómelo el Obispo de Plasencia".

 

Dicho Niño Jesús es una imagen catalogada en el último tercio del siglo XVI y nos hace apuntar si, a través del obispado de Plasencia, que encargó diversas obras a Luis de Morales, no llegase también la donación de la pintura de la Piedad a la duquesa de Béjar. Se le conoce como "Niño Cortesano" (imagen inferior) y es una valiosa obra ataviada según la moda de los Austrias, con relicario del Lignum Crucis en el pecho. De excelente factura, recuerda el ejemplar de las Descalzas Reales de Madrid.

 

 

Fotografías de Luis Romero

 

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