LA ICONOGRAFÍA DE SAN JOSÉ - PINTURA Y ESCULTURA (XI)
ANDRÉS DE CARVAJAL

Pedro Jaime Moreno de Soto (24/02/2021)


 

 

A lo largo del siglo XVIII los talleres de Antequera abastecieron el mercado de esculturas y retablos de un amplio territorio en torno a la referida localidad malagueña, que abarcaba las comarcas más cercanas de la archidiócesis de Sevilla y de las diócesis de Córdoba y Málaga. Entre los escultores con talleres antequeranos en el siglo XVIII destaca, entre otros, Andrés de Carvajal, sin duda uno de los escultores más destacados y representativos de la escultura barroca de la época en Antequera.

Nacido en 1709 en el pueblo de Fondón, en las Alpujarras de Almería, y formado en un taller granadino, Andrés de Carvajal y Campos aparece establecido en 1738 en Antequera, donde falleció en 1779. Aunque sus obras documentadas son pocas, el catálogo de las atribuidas es amplio por las acertadas apreciaciones del investigador Jesús Romero Benítez, quien ha identificado la presencia de escultores y retablistas antequeranos en poblaciones como Osuna, Ronda, Estepa, San Roque, Herrera, Gilena o Vejer de la Frontera.

Carvajal participó de la técnica, estética y formas de la escultura granadina del momento. Por su estilo se ha relacionado con el arte de los hermanos José y Diego de Mora, aunque las investigaciones en los padrones parroquiales granadinos donde residió esta familia de escultores, no han confirmado su presencia en el taller. No obstante, el estilo de los Mora es patente en sus esculturas, por lo que pudo aprender en otro taller y trabajar posteriormente como oficial con Diego de Mora, situación laboral que no exigía vivir en casa del maestro.

 

 

Precisamente, Andrés de Carvajal es el artífice del San José con el Niño en brazos que analizamos en esta entrega, venerado en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Consolación de Osuna. Se trata de una escultura semejante, como señala el catedrático José Luis Romero Torres, a la de la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios de Estepa (ver enlace inferior). Ambas versiones del santo son de muy buena calidad y siguen de cerca el modelo que el artista talló para Antequera.

A juicio de Romero Benítez su composición, en cuanto a la postura corporal y disposición de las vestiduras, difiere notablemente de otras imágenes del santo consideradas obras de taller, si bien responde a un esquema idéntico. La obra que nos ocupa es más aplomada, a pesar de que las puntas del manto presentan el vuelo carvajalesco y la túnica el plegado característico. La cabeza del santo, en particular el modelado del rostro, y la tierna figura del Niño, llevan a pensar al investigador que esta pieza es obra íntegramente del maestro.

 

 

FUENTES

MORENO DE SOTO, Pedro Jaime. "Esculturas y retablos antequeranos en el patrimonio artístico de Osuna", artículo publicado en Cuadernos de los Amigos de los Museos de Osuna, nº 16, Osuna, 2014, p. 108.

 


Anterior entrega en este


Escrito relacionado en este

 

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com