En diciembre del año 2006, La Hornacina publicó una investigación realizada por los historiadores gaditanos Lorenzo Alonso de la Sierra y Francisco Espinosa de los Monteros en la que atribuían la imagen de la Virgen de la Amargura de la Cofradía de la Vera Cruz de Puerto Real (Cádiz) al escultor Luis Salvador Carmona. La talla sería realizada entre 1759 (fecha en que se documenta una Dolorosa de vestir de este escultor que se podría corresponder con esta talla) y 1761, año en que fue bendecida un 18 de diciembre.

La imagen, que llega en dicho año al convento de San Agustín de Cádiz, permanece en el mismo expuesta al culto hasta el año 1941 en que pasa a ser titular de la cofradía de Humildad y Paciencia de Cádiz, que la sustituye a mediados de los sesenta del pasado siglo por una obra moderna de Sebastián Santos Rojas. Tras varios años en el abandono y afectada parcialmente del ataque de xilófagos, es entregada a la corporación de Puerto Real, volviendo a procesionar en la Semana Santa de 1972.

El análisis de la documentación histórica llevó a estos investigadores a descubrir que esta Dolorosa fue realizada junto a un grupo de la Visión de San Antonio de Padua -que aun se conserva en la iglesia de San Agustín de Cádiz- por un mismo escultor, que no es otro que Luis Salvador Carmona. El análisis estilístico de ambas imágenes, así como una serie de detalles que quedaron a la luz tras la ejemplar restauración llevada a cabo por el jerezano Agustín Pina Calle (en la que se le ha recuperado la excelente policromía original de la Virgen, así como su juego de manos primitivas entrelazadas) confirman la adjudicación a este excelente artista castellano, considerado por la crítica especializada como uno de los mejores y más completos escultores españoles.

Luis Salvador Carmona -que para estos estudiosos nace en Nava del Rey (Valladolid) en 1709 y fallece en Madrid en 1767- trabaja en la corte, teniendo obras entre otros en los Museos del Prado y Nacional de Escultura y en el Palacio Real de Madrid. Escultor, pintor y dibujante, tiene obras en piedra, mármol y estuco, pero sobre todo destaca en la producción imaginera realizada para los Reales Sitios y en general para las más altas capas de la nobleza española, hecho este que hace que su obra se halle diseminada por todo el país.

Obras destacadas como la serie de Cristos del Perdón o de Vírgenes del Rosario, sus representaciones de la Piedad (Madrid, Salamanca, Valladolid) o Asunción (Serradilla), su participación en el monumental retablo de Segura (Guipúzcoa), las obras destinadas a la iglesia de San Fermín de los Navarros de Madrid -ya que buena parte de la nobleza de aquella época era originaria de las vascongadas- o la magnífica Divina Pastora que dejó en su pueblo natal se cuentan entre las más acertadas producciones lignarias del siglo XVIII.

La producción de Luis Salvador Carmona evoluciona desde los cánones barrocos acercándose finalmente hacia el neoclásico, hecho este explicable por su participación como Director de Escultura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, de la cual fue uno de sus fundadores.

Es dentro de esta etapa en la que se englobaría la imagen de Nuestra Señora de la Amargura, relacionable estilísticamente con las últimas obras para las iglesias del Real Sitio de La Granja especialmente con la Virgen de la Soledad (cuyas manos son prácticamente idénticas), la Santa Rita y el relieve del Padre Eterno, todas ellas para la iglesia del Rosario de esa localidad, y con la Virgen de la Piedad y el excelente Cristo recogiendo las vestiduras de la Clerecía (Salamanca), imágenes realizadas entre 1760 y 1761; y que comparten con la imagen puertorrealeña el corte ovalado del rostro, la boca pequeña, la nariz recta y redondeada o el cuello recto y largo, la barbilla redondeada, el dibujo de los labios y el corte de ojos y párpados entre otros detalles.