SALUS INFIRMORUM (III) LA ADVOCACIÓN DE LA SALUD EN LA ESCULTURA SACRA ANDALUZA
CRISTO DE LA SALUD - GRANADA

26/03/2020


 

 
 
Fotografía de Alberto Ortega Erena

 

Se vienen relacionando con el arte del arquitecto y escultor Diego de Siloé (Burgos, hacia 1495 - Granada, 1563), o con el de sus seguidores, una serie de crucificados granadinos, todos ellos adustos en su expresión, dramáticos en su rictus y en las señales de los castigos de la Pasión, y con cabezas grandes y huesudas.

Muy cercano en su concepto a las obras de Siloé está, por ejemplo, el crucificado que se venera en el convento granadino de la Encarnación. También en estrecho parentesco con las obras del maestro burgalés, de igual interés y cercanía a sus modelos, se halla la obra que nos ocupa, el Cristo de la Salud que actualmente recibe culto en el presbiterio del templo parroquial de San Andrés.

El Cristo de la Salud cuenta con una extensa devoción y afecto por parte de la Granada antigua, recogiendo las plegarias y súplicas de la ciudad en momentos muy complicados. El pueblo lo veneraba en la calle en rogativas y en la capilla que antaño ocupaba en el templo de San Andrés Apóstol, junto al presbiterio, donde le encendían hachas, cirios y velas y le colgaban exvotos que cubrían las paredes de su capilla.

Se trata de un crucificado muerto en una cruz a la que se halla fijado por tres clavos. La anatomía de los músculos y el tórax poderoso, los dedos alargados y finos o la manera de tallar el cabello, cayendo en mechones alargados, encajan con la forma de trabajar de Siloé. El paño de pureza también responde a los mismos esquemas abultados y llenos de estrías que tienen en su producción mucha personalidad.

De formación italiana y origen castellano, Diego de Siloé es una figura esencial en el arte español del siglo XVI. Esculturas como el Cristo de la Salud reflejan un caudal emotivo de gran expresividad, que ejerce con violencia sobre el ánimo del espectador, bien a través de su propia mano o de su amplio grupo de seguidores.

 

 
 
Fotografía de Alberto Ortega Erena para www.aortegafoto.es

 

La advocación de la Salud la adquirió por su intercesión en la epidemia de peste bubónica de 1679 que asoló Granada. Durante esta epidemia, los enfermos afectados por la peste fueron instalados fuera de la ciudad, en una gran explanada llamada del Triunfo de la Inmaculada, delante del Convento de la Merced y de la Iglesia de San Idelfonso, como medida de cuarentena para evitar el contagio. Desde San Andrés, el Cristo era portado en andas hasta esa zona, para servir de consuelo a los enfermos y para que le rogaran su curación. Cuenta la leyenda que, en una de esas salidas, una paloma que los enfermos atribuyeron al Espíritu Santo, sobrevoló la imagen del Cristo en todo su recorrido y, finalmente, se posó en su brazo derecho. En ese día se experimentaron curaciones de los enfermos allí presentes y el suceso se atribuyó a un milagro. Es por ello que el Cristo de la Salud luce sobre su brazo derecho una paloma de plata, como símbolo que recuerde aquel suceso.

En 1818, la iglesia de San Andrés sufrió un incendio que hizo prácticamente desaparecer la totalidad de retablos e imágenes. Aunque el templo quedó reducido prácticamente a sus muros perimetrales, el Cristo de la Salud fue salvado de las llamas, no corriendo la misma suerte su capilla. La talla se trasladó a la cercana iglesia de Santiago, donde se ubicó en la pared del presbiterio hasta la restauración del templo de San Andrés.

Durante todos estos años, el Cristo de la Salud siguió procesionando como imagen de rogativa en casos de epidemias. Durante la peste bubónica de 1830, fue trasladado en procesión hasta la catedral, quedando expuesto a la veneración de los fieles. En 1833 se celebró una rogativa en San Andrés por la epidemia de cólera, recogida en el Boletín Oficial de la Provincia de la época. En los años 1854 y 1885, Granada sufriría nuevamente el ataque del cólera y se acudirá al Cristo de la Salud suplicando su auxilio por medio de rogativa.

En el siglo XX se siguieron celebrando cultos en honor a este crucificado, quedando constancia de los mismos hasta 1961. En 1997, Granada volvió a contemplar al Cristo de la Salud en las calles por un Vía Crucis cuaresmal. Desde entonces, y tras el cierre en 1999 de la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol debido a su deterioro y necesaria restauración, el Cristo de la Salud permaneció en dependencias parroquiales. Casi dos décadas después, el 28 de mayo de 2017, volvió a presidir el altar mayor de la iglesia de San Andrés, tras su reapertura.

 

 
 
Fotografía de Alberto Ortega Erena para www.aortegafoto.es

 

FUENTES

www.amigosdesanandres.com

LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Juan Jesús. "Iconografía de la Pasión en la escultura granadina", en La Semana Santa de Granada a través de su escultura procesional. El lenguaje de las imágenes, Real Federación de las Hermandades y Cofradías de Semana Santa de la ciudad de Granada, 2002, p. 110.

ARIAS MARTÍNEZ, Manuel. "Un nuevo Cristo a la columna de Diego de Siloe", en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, Fundación Joaquín Díaz de la Diputación de Valladolid, nº 49, 2014, p. 16.

CÓRDOBA SALMERÓN, Miguel. "La escuela escultórica granadina hasta el siglo XVII", en La Semana Santa de Granada a través de su escultura procesional. El lenguaje de las imágenes, Real Federación de las Hermandades y Cofradías de Semana Santa de la ciudad de Granada, 2002, p. 146.

 

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