TORCUATO RUIZ DEL PERAL - 250 AÑOS
SANTA MARÍA DE LA ALHAMBRA

31/03/2023


 

 
 
Foto: Cofradía de Santa María de la Alhambra (Granada)

 

El primero en atribuir este grupo escultórico a Torcuato Ruiz del Peral fue Jiménez-Serrano, mencionando además que la imagen procedía del desamortizado convento de San Francisco de la Alhambra. La imagen, con la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, estuvo en la primera de las capillas del lado izquierdo de la iglesia conventual, añadidas en el siglo XVIII como fruto de las remodelaciones que entre los años 1729 y 1730 se emprendieron con motivo de la visita del rey Felipe V a Granada.

A comienzos del siglo XIX, tras los destrozos de las tropas francesas, se procedió a la reedificación de la iglesia y el convento. La imagen se conservó en este lugar en un camarín conocido como de la Virgen de la Piedad, emplazado sobre una bóveda de enterramiento de caballeros y nobles quienes de alguna forma estarían vinculados al culto y devoción de este grupo escultórico. En 1835 el convento fue desamortizado y exclaustrados los monjes. El nuevo destino de la Piedad fue la capilla de las Angustias de la iglesia de Santa María hasta que en la década de 1970 se trasladó a su actual ubicación en la hornacina central de la cabecera.

El grupo, cuyo título oficial es Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra, representa a la Virgen sosteniendo en sus rodillas el cadáver de su Hijo muerto. La magistral Piedad, una de las mejores piezas escultóricas sobre el tema en España, inclina la cabeza hacia la derecha y dirige su mirada hacia el rostro de Cristo. Su bello rostro presenta los ojos de cristal, pestañas superiores postizas, nariz alargada y labios cerrados, reflejando un dolor silente y recogido. Tres lágrimas de cristal corren por sus mejillas, dos por la derecha y una por la izquierda. La mano derecha sostiene la cabeza de Jesús mientras la izquierda se aferra a su mano derecha. La efigie es de talla completa, presentando la túnica y el manto esculpidos en la misma madera y policromados en tonos jacinto y azul cobalto, respectivamente. Se exorna con corona de oro y plata de ley, cincelada por Moreno Romera (2000), y puñal de oro, plata y brillantes, de Villarreal (1979).

La frágil hechura cristífera, sin advocación, muestra la cabeza ladeada hacia el lado derecho. Carece de potencias y corona de espinas. El dramático semblante ofrece los signos propios de una muerte violenta. Los ojos, semicerrados, son vítreos y las pestañas del párpado superior, de pelo natural. La nariz es aguileña y la boca, entreabierta, permite ver la dentadura tallada. La cabellera es larga y ondulada, y el brazo derecho de Cristo se desploma elegantemente hacia el suelo. El sudario lo constituye un paño ancho e irregular que envuelve con varias vueltas la cintura de Jesús. Las piernas conservan cierta rigidez de la postura tomada en el madero. Su policromía es lívida, al igual que María, lo que hace destacar las heridas y cardenales repartidos por todo su cuerpo. La cruz que figura al fondo, labrada en taracea, es de sección lisa y rectangular.

Es sin lugar a duda la obra más popular de Peral y una de las mejores de su producción. Mide 125 cm de altura y fue realizada en madera de encina policromada entre 1740 y 1750, aunque se puede ampliar el abanico cronológico una década más. Según Gallego Burín, fue tallada en el momento de mayor libertad y seguridad técnica del artista y de más amplia originalidad en sus composiciones, cuando realizó también otras piezas magistrales como la cabeza del Bautista, la Virgen de la Humildad o las Angustias de Guadix.

Para dicho historiador, en toda la escultura granadina, tan rica en temas, apasionada en interpretaciones e impresionante en sus efectos, no hay ninguna obra de sentido dramático tan impetuoso como Santa María de la Alhambra. Asimismo, establece una relación indirecta entre el modelo que nos ocupa y algunas de las pinturas de Matthias Grünewald, y vincula el grupo de la Alhambra con la obra del mismo tema de los Redentoristas de Cuenca, atribuida a Francisco Salzillo, y las cabezas de Cristo y la Virgen con los modelos de José de Mora. No obstante, como bien aprecia López-Muñoz, no son notorias las recurrencias a modelos establecidos.

 

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FUENTES

GÓMEZ ROMÁN, Ana María: "Los lances de un hombre y la fortuna de un artista: nuevas noticias sobre Ruiz del Peral", en Boletín del Centro "Pedro Suárez", nº 21, 2008.

GALLEGO BURÍN, Antonio. "Un escultor del siglo XVIII. Torcuato Ruiz del Peral", en Cuadernos de Arte de la Universidad De Granada, nº 1, 1936.

LÓPEZ-MUÑOZ MARTÍNEZ, Ignacio Nicolás. "Torcuato Ruiz del Peral, escultor imaginero de Exfiliana", en AA.VV. Torcuato Ruiz del Peral. Escultor imaginero de Exfiliana. III Centenario de su nacimiento (1708-2008), Ediciones del Ayuntamiento de Valle del Zalabí, 2008.

 

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