EL TALLER DE PEDRO ROLDÁN (VII)
EL MAESTRO DEL SILENCIO Y CRISTÓBAL PÉREZ

José Carlos Pérez Morales


 

     
     
Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes (Sevilla)

 

La denominación Maestro del Silencio fue lanzada por Jorge Bernales Ballesteros en el año 1979 para identificar a un supuesto y anónimo componente del taller de Pedro Roldán que, a su juicio, realizó tres obras de idénticas características: Jesús del Silencio (hermandad de la Amargura, Sevilla), Nazareno del convento de Santa Isabel (Écija-Sevilla) y el Cristo Atado a la Columna (La Orotava, Santa Cruz de Tenerife).

De este maestro, al que han intentado identificar con Alejandro Martagón o José Felipe Duque Cornejo, apunta Antonio Torrejón Díaz que podría corresponderse con el binomio formado por María Roldán y Matías Brunenque. Además, las autorías de las tallas de Écija y Sevilla son distintas, ostentando el titular de la corporación hispalense una mayor calidad artística.

En la localidad astigitana puede relacionarse otro simulacro: el Atado a la Columna conservado en el mismo recinto de Santa Isabel, pues las analogías son evidentes: es más, podemos asimismo parangonarlo con dos piezas de primera fila como el Cristo de las Misericordias de la hermandad sevillana de Santa Cruz y el San Francisco del retablo de la antigua colegiata de Zafra, presumiblemente originados en el mismo entorno.

Sin embargo, el Cristo Atado a la Columna de La Orotava la considera obra personal de Roldán, dinámico y efectista, realizado entre 1679 y 1688, años en los cuales se encuentra en Sevilla Francisco Leonardo de Guerra, racionero de la catedral de Las Palmas, quien lo dona en 1689 a la localidad tinerfeña (ver enlace).

 

     
     
Cristo de las Misericordias (Sevilla)

 

En cuanto a Cristóbal Pérez, investigaciones de Antonio Torrejón situaron su nacimiento en Sevilla hacia 1653 y su matrimonio en 1673 con Victoria de Pineda. Tanto Victoria como todas sus hermanas casaron con escultores y tallistas de la época, lo que permitió a Cristóbal entablar con ellos vínculos familiares y profesionales.

Este lamentablemente desconocido escultor posee un estilo inmerso en la estética de Roldán, como lo atestigua lo poco que conocemos de su obra. En 1677 realiza su obra más conocida: Jesús Descendido de la Cruz en el Misterio de su Sagrada Mortaja, titular de la cofradía sevillana del mismo nombre. En 1679 labró un Resucitado y dos judíos para Jerez de la Frontera y dos años después cinco figuras para el grupo escultórico de la Sentencia de la cofradía sevillana de la Macarena, todas ellas en paradero desconocido. También para Jerez hizo un Crucificado que, al parecer, se identifica con el del oratorio de las Esclavas del Sagrado Corazón.

Aspecto interesante es su actuación como fiador del ensamblador Sebastián Rodríguez -esposo de su cuñada María de Pineda- en el encargo de un paso para el Crucificado del Amor en 1685 -año de su fallecimiento-; precisamente cuando la corporación sevillana radicaba en el convento de Nuestra Señora de la Consolación de la orden Tercera de San Francisco, cuyo retablo mayor realizaría Baltasar de Barahona quince años después.

Existe una vinculación entre Cristóbal Pérez y el ensamblador Bernardo Simón de Pineda en la figura del hijo del escultor, Francisco Pérez, el cual es aprendiz en el taller de este último entre 1687 y 1688.

 

     
     
Jesús Descendido de la Cruz (Sevilla)

 

Fotografías de Roberto Villarrica para www.fotoscofrades.com

 

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