1900. RETRATO DE PIONERAS EN EL ARTE
SUZANNE VALADON

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 
 
Autorretrato

 

Nacida en 1865 como Marie-Clémentine Valade, la parisina Suzanne Valadon fue hija ilegítima de una trabajadora doméstica soltera. Nuestra artista creció en Montmartre, el barrio bohemio de París, valiéndose por sí misma desde los diez años con trabajos ocasionales: camarera, niñera y acróbata de circo; trabajo al que iba orientando su rumbo hasta que una caída desde un trapecio la llevó en una nueva dirección.

De 1880 a 1893, Valadon posó para varios de los pintores más importantes de su época, entre ellos Renoir, Puvis de Chavannes y Toulouse-Lautrec. Ella siempre tuvo inquietudes artísticas, pero como no podía pagarse las clases en una academia, aprendió observando a los pintores que tenía a su alrededor. Solo su amigo cercano y mentor Edgar Degas le enseñó algunas técnicas de dibujo y grabado.

Pronto Valadon pasó de ser modelo para artistas a una exitosa artista modelo, forjadora de un peculiar estilo figurativo que a menudo incluía mujeres desnudas. A través de sus pinturas y grabados, Valadon transformó el género del desnudo femenino al proporcionar una ingeniosa visión de la experiencia femenina. El resultado se tradujo en retratos poderosos, para nada convencionales y a veces hasta polémicos en su tiempo.

Cabe decir que la polémica de la obra de Valadon no vino de sus desinhibidos desnudos, sino del hecho de pintar siempre como mejor le pareció. Al no tener un aprendizaje académico, salvo las técnicas aprendidas de Degas, nunca se apegó a los estándares tradicionales. Es por ello que sus trabajos son crudos aunque dotados de un profundo sentido de la emoción, acentuado aún más por el empleo de una pincelada suelta y amplia.

 

 
     
     
Muñeca abandonada
 
Desnudo peinándose

 

La vida personal de Valadon fue complicada. Para 1909, había dado a luz fuera del matrimonio a Maurice Utrillo (quien más tarde se convirtió también en un pintor de Montmartre) y se había divorciado del agente de bolsa Paul Mossis, con quien se casó en 1894. Aunque Maurice no era su hijo natural, el ingeniero catalán Miquel Utrillo, que por entonces mantenía una relación con Suzanne, lo reconoció y le dio su apellido.

También en 1894, Valadon, de 44 años, se convirtió en la primera mujer en administrar la Société Nationale des Beaux-Arts y conoció, a través de su hijo (de hecho, Maurice era tres años mayor que él), al pintor André Utter (con el que se casó cinco años después), pasando entonces ella a pintar a tiempo completo. Apenas dos años más tarde, Valadon atrajo la aclamación de la crítica con su primera exposición individual, llegando luego a celebrar otras tres grandes retrospectivas sobre su obra.

Además de complicada, su existencia fue también excéntrica y turbulenta. A la familia formada por Suzanne, su hijo Maurice y su marido André se le conocía como la "Trinidad maldita" por su estilo de vida desordenado, marginal y provocativo. Los tres habían vivido intensamente la noche de los clubes y cabarets de Montmartre desde su niñez, mezclándose, entre otros, con bohemios, impresionistas y bebedores de absenta.

Valadon, fallecida en 1938, llegó a la cima de su fama en los años 20. Además de retratos, también pintó paisajes, naturalezas muertas, y cuadros florales, siempre al margen de movimientos y modas. Entre su círculo de amigos estaban los pintores Picasso, Braque y Derain, así como el músico Erik Satie, con el que también intimó durante varios años. Más allá de todo escándalo, la verdad de Suzanne tenía una sola palabra: pintar.

 

 
 
Desnudo tumbado

 

FUENTES

CHAMPION, Jeanne. Suzanne Valadon, Fayard, París, 2004.

AA.VV. Catálogo de la exposición Four Centuries of Women's Art: The National Museum of Women in the Arts, Ediciones del MNWA, Washington, 1990.

 

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