1900. RETRATO DE PIONERAS EN EL ARTE
ALICE PIKE BARNEY

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

Artistas y mujeres pioneras y luchadoras que, frente al papel de esposa obediente y madre abnegada, cuya misión fundamental era el de ser la imagen del esplendor del padre o del marido, marcaron hitos enfrentándose a los dogmas heredados del patriarcado y poniendo con su talento los pilares de una sociedad nueva en la que se supera el dominio masculino basado en una supuesta inferioridad femenina.

Todas ellas llegaron a conocer las postrimerías del siglo XIX y los albores del XX, una época de profunda transición en la que comienzan a consolidarse los movimientos obreros y feministas que combaten, con mayor o menor fortuna, la insolidaridad y la explotación de la que es objeto la mujer.

 

 
 
Autorretrato (1906)

 

Alice Pike Barney (Cincinnatti, 1857 - Los Ángeles, 1931) fue una conocida pintora y dramaturga, diseñadora de trajes y escenógrafa, cuya originalidad, talento, independencia y medios económicos le permitió convertirse en una promotora cultural de su ciudad de origen, filántropa, benefactora de artistas pobres, y anfitriona de pequeñas representaciones teatrales y conciertos, lecturas de obras literarias y otras reuniones culturales.

A finales del siglo XIX, París se había convertido en la capital artística del mundo. Durante este periodo, artistas norteamericanas llegaron en gran número a estudiar en diferentes academias y en los estudios de los grandes artistas. Uno de estos artistas independientes fue el pintor barcelonés Claudio Castelucho (1870-1927). Entre sus alumnas se encontraba una Alice Pike Barney fascinada por el simbolismo, que además acabó convirtiéndose también en una coleccionista de la obra de su maestro Castelucho.

Alice Pike Barney tomó de los simbolistas activos durante el Art Nouveau las formas y la iconografía que le sirvieron de base para su estética y su concepción artística. A partir de entonces, su arte empezó a mostrar una gran influencia simbolista y del Arte Nouveau, representado por la decoración lineal de la obra y la figura del pavo real como elemento decorativo propio del movimiento. También se hace evidente un intento de retratar con cierto halo de misterio los estados psicológicos femeninos.

Barney adoptó un simbolismo tardío, cuando dicho movimiento empezaba a desvanecerse, con reminiscencias prerrafaelitas relacionadas con el arte del simbolista francés Edmond Aman-Jean que nos hace pensar en una visión superficial del mismo. La expresión poética es un don natural de Alice gracias a su gran delicadeza y sutilidad con el cromatismo y la pincelada. A través del simbolismo entendió que la esencia del retrato no era meramente para capturar el parecido, sino también expresar el espíritu interior.

 

 
 
Mujer y pavo real (hacia 1900)

 

A pesar de que expuso en los Salones de París y Washington, Alice Pike Barney no fue nunca una profesional de la pintura, si por profesional entendemos poder vivir de ésta. El hecho de haber conseguido una buena formación artística no era suficiente para entrar de pleno derecho en el mundo del mercado del arte y ella se consideró siempre una diletante. La experiencia de París la transformó, convirtiéndola en una mujer moderna e independiente, cargada de un bagaje cultural inmenso que supo aprovechar, y fue entonces cuando vio en el espacio público de Washington el lugar donde obtener la visibilidad que el mundo del arte no le dio.

Su residencia, una "studio house" al estilo de los salones parisienses, se convirtió en uno de los centros artísticos de mayor renombre e influencia en la vida cultural de Washington D.C. a principios del siglo XX. De estilo español, se trata de una interesante mansión de cinco pisos que fue diseñada por el arquitecto Waddy B. Wood en 1902 según la estética del Artes & Crafts, con elementos del arte renacentista del siglo XVI, medieval, neogótico y detalles exóticos, siendo la segunda residencia en construirse en el barrio washingtoniano, hoy popularmente conocido como el Barrio de las Embajadas.

En 1960, las hijas de Alice Pike Barney -Laura Dreyfus Barney y Natalie Clifford Barney, ambas escritoras- donaron la mansión a la Institución Smithsoniana, quien la mantiene como un pequeño museo que honra la memoria de esta excepcional personalidad de las artes estadounidenses.

 

 
 
Ofelia (1909)

 

FUENTES

BARON I BORRÀS, Ester. "El paper del pintor català Claudi Castelucho i l’Académie de la Grande-Chaumière en la formació de les artistes nord-americanes de París: el cas d’Alice Pike Barney i el binomi diletant/professional", en II Art Nouveau International Congress, Barcelona, junio de 2015, pp. 1 y 9-10.

SANJURJO, Annick y CASCIERO, Albert J. Washington, D.C. en español, Southern Cross Press, Austin, 1992, p. 157.

SIMÓN JUÁREZ, Inmaculada. Mujer: Asociaciones y Sindicatos: España 1875-1939, Editorial Sanz Y Torres, Madrid, 2014, pp. 17 y 19.

 

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