LA BIEN APARECIDA, PATRONA DE CANTABRIA

Con información de la Cofradía de Nuestra Señora de la Bien Aparecida


 

 

La imagen de la Virgen Bien Aparecida pasa por ser una de las Patronas de nuestro país de menores dimensiones, ya que mide, incluido el pedestal sobre el que se asienta, 21,6 cm.

Es obra en madera policromada del siglo XV, de bulto redondo y delicadas facciones, con la parte delantera de los ropajes estofada y la detrás plana, sin labrar. La cabeza, de considerable tamaño, recuerda el afán de los escultores románicos a la hora de resaltar determinadas zonas del cuerpo para ganar expresividad.

La Virgen tiene el manto levemente recogido bajo el brazo derecho, sobre el cual sostiene al pequeño Jesús. La policromía del vestido es dorada, con los pliegues en azul, mientras que el pedestal consta de cuatro franjas de color: la superior es verde, las dos centrales doradas y la inferior negra. Los vestidos del Niño son de color mate.

No se sabe quién modeló la imagen y se desconoce su origen. Existe la hipótesis de que se encontrara en la Ermita de San Marcos, pero el hecho de que ésta careciera de retablo anula cualquier posibilidad. Actualmente se conserva intacta en su santuario, recubierta con vestiduras bordadas de gran belleza.

Su advocación viene dada por el milagroso hallazgo de la imagen, en 1605. Trecientos años después fue declarada Patrona de Cantabria y en 1955 recibió el rango de la Coronación Canónica.

 

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