MODERNISMO Y MODERNISTAS EN LA ARQUITECTURA (IX)
INSTITUTO ANDALUZ DE LA JUVENTUD Y PALACIO MORA CLAROS DE HUELVA

Con información de Sergio Cabaco


 

 

El desarrollo de la arquitectura ecléctica, fruto de la Revolución Industrial en la que el concepto de arquitectura cambia completamente y la estructura urbana cobra por primera vez importancia como ente abstracto, da lugar a una compleja corriente donde todos los estilos arquitectónicos formarán parte de un repertorio maleable dispuesto para servir a caprichos de arquitectos y clientes.

En Huelva, todo este cambio está ligado a The Rio Tinto Company Limited, creada en el año 1870 tras la compra de las minas al Estado Español por parte de la entidad bancaria Mathesson, que incorporó al proceso industrial una zona subdesarrollada y en manos de la más primitiva oligarquía agraria.

Dentro de dicha amalgama de estilos, también se desarrolló en Huelva el Modernismo. El mejor ejemplo en la ciudad, considerado también uno de los más brillantes edificios modernistas de la Baja Andalucía, es el actual Instituto Andaluz de la Juventud -antaño Clínica Sanz de Frutos y Conservatorio de Música-, construido en el año 1909 por el arquitecto jerezano Francisco Hernández Rubio y organizado en torno a un espléndido patio central ornamentado con motivos típicos del estilo y cubierto por una montera. Los elaborados recercados de los huecos de la fachada nos remiten al Art-Nouveau de Victor Horta que analizamos en la tercera entrega del especial. Una enorme cornisa en piedra y una cúpula de bronce rematan la fachada.

Otro bello ejemplo lo encontramos en el palacio promovido por Antonio Mora y Claros, una gran mansión que revela el nacimiento de una potente burguesía provinciana beneficiada de dicha expansión comercial provocada por la minería. La fachada de este edificio de dos plantas es un fiel reflejo de la mencionada mezcolanza de estilos que dio lugar a construcciones muy dispares; es en la decoración y las vidrieras del interior donde cobra más fuerza un Modernismo inspirado en las pioneras construcciones catalanas. El proyecto inicial se debe al onubense Moisés Serrano (1912), si bien fue sustancialmente reformado en 1919 por José María Pérez Carasa, vallisoletano afincado en Huelva, quien remató brillantemente la fachada con un torreón amansardado. Dicho torreón quedó destruido en el terremoto de 1968, que afectó seriamente al edificio. En el año 1996 fue rehabilitado como Centro de Día para Personas Mayores. El torreón fue reconstruido siguiendo escrupulosamente el diseño original de Pérez Carasa.

El caso del Modernismo onubense es similar al malagueño estudiado en el anterior capítulo, no sólo por su eclecticismo, sino también por la errónea escalada urbanística que ha provocado la desaparición de edificios históricos de sumo interés en la ciudad -tanto de éste como de otros estilos- y su sustitución por edificaciones mediocres sin valor arquitectónico. Como afirmó Eduardo de Filippo refiriéndose a la barbarie perpetrada en algunas zonas de Nápoles, todo ello promovido por políticos especuladores y deseosos de ganar dinero fácil.

 

 

FUENTES: ÁLVAREZ CHECA, José; DE LA VILLA MÁRQUEZ, Lourdes; MOJARRO BAYO, Ana María. Guía de Arquitectura de Huelva, Huelva, 2002, pp 94 y 98; MONTANER ROSELLÓ, Jaime; JIMÉNEZ MARTÍN, Alfonso; ESCRIG PALLARÉS, Félix. Edificios de Interés de la Ciudad de Huelva, Huelva, 1977, pp. 97 y 107.

 

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