EL MARTIRIO DE SAN SEBASTIÁN (V)
TINTORETTO

Con información de Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 

En la segunda mitad del siglo XIII nacieron en la zona centro-septentrional de Italia numerosas Hermandades formadas por laicos que se reunían en nombre de Cristo, la Virgen o un santo patrón con fines de culto y ayuda mutua. En Venecia se las conocía como Escuelas (Scuole). Sus miembros pertenecían a la burguesía, gente excluida del gobierno oligárquico de la República que, de este modo, podía desempeñar un papel de prestigio dentro de la sociedad veneciana. Los nobles podían ser hermanos, pero no ocupar cargos de gobierno.

Hasta la caída de la República, las Escuelas tenían un notable papel en la vida religiosa y en la asistencia de caridad en la ciudad. Una ayuda inicialmente para sus hermanos que luego se extendió a toda la población. A principios del siglo XV había varios tipos de escuelas en Venecia: artes y oficios, que protegían los intereses de las diferentes categorías de trabajadores y regulaban su actividad; nacionalidades, que agruparon a los extranjeros presentes en la ciudad, y las de devoción, con connotaciones religiosas específicas, dentro de las cuales estaban las que practicaban la autoflagelación pública como acto de penitencia. Estas últimas tomaron un papel dominante y se convirtieron en las Grandes Escuelas, que a fines del siglo XVI eran seis.

Dentro de las Grandes Escuelas, la consagrada a San Roque alcanzó gran fama no solo por su labor asistencial en tiempos de peste, sino por las numerosas obras realizadas para la misma por Tintoretto, repartidas entre tres de sus grandes estancias y el templo adyacente. Tintoretto, del que se conmemora este año el quinto centenario de su nacimiento, trabajó durante más de veinte años (1564-1588 aproximadamente) en la Escuela de San Roque, de la que acabó haciéndose hermano y para cuya sala capitular hizo la obra que nos ocupa.

Dentro de un complejo programa iconográfico compuesto de 33 pinturas, este gran óleo sobre lienzo de San Sebastián fue colocado en la pared opuesta al coro junto al de San Roque, al ser los dos santos que eran invocados contra la peste. Tintoretto se enfrentó a una situación arquitectónica predeterminada, pero fue capaz de explotar con habilidad factores tales como las difíciles condiciones de iluminación natural y la irregularidad de la posición de las puertas, transformándolas en elementos estilísticos positivos.

El San Sebastián, que mide 250 x 80 cm, se llevó a cabo entre 1578 y 1581. Para Suida Manning su homónimo palentino de El Greco (imagen inferior) es una variante de esta representación de Tintoretto, y ambas participan de una fuente común: la figura de Amán en el techo de la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel, que con toda evidencia les sirvió de modelo. Las modificaciones que sufrió la figura de Amán para convertirse en la de San Sebastián son idénticas en Tintoretto y El Greco. El Greco tuvo que estar familiarizado con el cuadro de Tintoretto y debió de haberlo visto antes de venir a España al menos en forma de boceto preliminar.

 

 

FUENTES

SUIDA MANNING, Bertina. "El Greco y el arte italiano", artículo publicado en Archivo Español de Arte, tomo 24, nº 95, Madrid, CSIC, 1951, pp. 203-208.

 

Anterior entrega en este

Escrito relacionado en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com