LA ICONOGRAFÍA MACABRA DEL BARROCO
CABEZA DE MEDUSA


 

En el periodo barroco se renueva el interés por la iconografía macabra derivada del medievo. Lo macabro, en especial la muerte, es utilizada en esta época para sugerir diversas sensaciones: premonición, terror, meditación de las postrimerías... En muchos casos, la intención será moralizante y de salvaguarda del orden religioso y social, si bien en ocasiones los artistas trabajan ciertos temas, sacros y profanos, considerados desagradables, por puro capricho o lucimiento, e incluso con intención burlesca y satírica.

 

 

Esta pintura flamenca, incorporada a la colección del gran ducado florentino durante el siglo XVII, fue confundida durante mucho tiempo con una tabla sobre el mismo tema del maestro Leonardo da Vinci, a la que probablemente sustituyó. La obra de Leonardo, inacabada como muchas de sus obras, aparece registrada en el inventario de la colección de los Médici de 1533 (o 1553) y se halla en paradero desconocido.

La versión flamenca, considerada a partir de 1783 como original de Leonardo, tuvo gran éxito en el siglo XIX como intento paradójico de combinar el horror y la belleza, como el pintor se había planteado, lo que parecía reflejarse en el cuadro conservado en la Galería de los Uffizi, encuadrándose así perfectamente en lo que se consideraba la visión del arte y del genio de Vinci en la época romántica. Como representativo de la poética de Leonardo, el cuadro fue descrito y alabado por Stendhal, Shelley, Ruskin y Walter Pater.

No parece que el anónimo autor se inspirase en Leonardo, sino más bien en la célebre interpretación que el también flamenco Rubens hizo en torno a 1618 sobre este asunto -de la que existen dos versiones en el Kunsthistorisches Museum de Viena y en la Moravská Galerie de Brno (imagen inferior)-; de hecho, la versión de los Uffizi, pintada al óleo sobre lienzo, es posterior y se fecha entre 1620 y 1630.

Como el cuadro de Rubens, en el que no está claro que interviniera su compatriota Frans Snyders a la hora de realizar los animales, la obra que nos ocupa muestra a la mujer con el semblante horrorizado, emoción que es producirla al cortarle la cabeza. En el arte de la edad moderna los artistas estuvieron fascinados por la antítesis entre el bello rostro y la espantosa cabellera, si bien en este caso, por la posición de la cabeza cortada, la cara de la gorgona cede el primer plano al amasijo de serpientes, al que acompañan otros bichos que suelen producir repulsión, detalle que también comparte con Rubens, como anfibios, reptiles, ratas, murciélagos y gusanos.

La leyenda dice que Medusa era una de las tres gorgonas y la única mortal. Eran mujeres con manos de bronce, alas de oro y serpientes como cabello. Nadie podía soportar sus miradas, porque sus ojos tienen un efecto petrificador, a excepción de Poseidón, que incluso dejó embarazada a Medusa. Tras ser decapitada por Perseo, su cabeza fue entregada a Atenea, que la colocó en su escudo como instrumento para exterminar la maldad.

 

 

FUENTES

MARANI, Pietro C. Leonardo e i leonardeschi a Brera, Florencia, Cantini, 1987, p. 125.

MARTÍNEZ GIL, Fernando. Muerte y sociedad en la España de los Austrias, Cuenca, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2000, p. 331.

MOORMANN, Eric M. y UITTERHOEVE, Wilfried. De Acteón a Zeus. Temas sobre la mitología clásica en la literatura, la música, las artes plásticas y el teatro, Madrid, Akal, 1997, p. 148.

CHECA CREMADES, Fernando y MORÁN TURINA, José Miguel. El Barroco, Madrid, Ismo, 2001, p. 249.

 

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