ARTE INCA (VI)
SAQSAYHUAMÁN

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

El Cuzco (Cusco) era el núcleo espacial del que arrancaban las principales direcciones del Imperio, llamado por los incas Tahuantinsuyu, que significa "el conjunto de las cuatro partes". Las cuatro suyus o regiones se hallaban unidas al Cuzco por cuatro vías reales, que eran la continuación de los ejes principales de la ciudad. Cada camino, a su vez, terminaba en el centro de cada región.

La fiesta de celebración de la fundación del Cuzco, que coincidía con la fiesta de la primavera, permite captar estos significados. Al amanecer, uno de los incas salía de la fortaleza de Saqsayhuamán vestido como mensajero del Sol, llevando en la mano derecha la lanza de oro, símbolo del mando y máxima insignia del ejército inca. Llegaba corriendo al centro de la ciudad, donde le esperaban cuatro príncipes de sangre real, que también blandían lanzas. El inca les indicaba que partieran inmediatamente para echar el mal fuera de los confines del Imperio. Los cuatro delegados partían por las cuatro calles que se continuaban por los cuatro caminos; al cabo de un cuarto de legua, estos mensajeros entregaban sus lanzas a otros cuatro hasta recorrer unas seis leguas. Entonces plantaban las lanzas en el suelo y los males eran alejados del Imperio. El sentido de la fiesta revela el carácter benefactor que significaba el Cuzco para el Tahuantinsuyu.

Además del significado religioso que acabamos de exponer, el Cuzco expresaba en su planta urbana la estructura política del Imperio. La ciudad estaba dividida en dos mitades: Hanán Cuzco, o ciudad alta, y Hurín Cuzco, o ciudad baja, que correspondía a una división muy antigua a raíz del establecimiento de los primeros incas. La zona central de la ciudad estaba reservada únicamente a los incas y nadie más podía establecerse en ella. Alrededor del núcleo urbano se extendía una zona periférica en la que se asentaban los provinciales, los que no pertenecían a la etnia inca, dividida también, como el Tahuantinsuyu, en cuatro partes. Cada etnia debía colocarse en el cuarto que correspondía a su zona geográfica dentro del Imperio, y se situaban más próximos o alejados del centro según se hubieran sumado al Imperio antes o después.

Saqsayhuamán estaba situada en un lugar sagrado: allí donde míticamente se había clavado el bastón de Manco Capac y que, por lo tanto, se había instituido en intihuatana, que significa el "sitio donde se puede realizar el contacto con la divinidad". La fortaleza, encarada a una llanura, estaba protegida por tres murallas con ángulos entrantes y salientes que miden 450 m de longitud y poseen una altura de 18 m. En el centro de la fortaleza se levantaban tres torreones que dominaban desde ella el Cuzco. Todos los cuerpos del edificio se comunicaban por subterráneos y pasadizos que llegaban hasta las entradas ocultas en el muro del recinto. Saqsayhuamán fue totalmente realizado en piedra; sus murallas son famosas por los bloques megalíticos, que llegan hasta los 5 metros de altura, perfectamente ensamblados entre sí sin argamasa alguna.

 

 

FUENTES: A.A.V.V. "El Arte y la Cultura Peruanos: Los Incas",
en Las Primeras Culturas Precolombinas, Barcelona, 1998, p. 155-157.

 

Fotografías de Joanne Halliday

 

Anterior Entrega en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com