LA OBRA DE ANTONIO ILLANES (VI)
LA ETAPA MADRILEÑA (I)

Sergio Jesús Parra Medina


 

Continuamos con el especial dedicado a las obras más relevantes
del escultor de Umbrete (Sevilla) con vistas a una futura reedición de su obra literaria
y la creación de un certamen de imaginería en su localidad natal 

 

Era Feria de abril de 1956. Antonio Illanes Rodríguez recibió la visita en su taller del empresario constructor José Banús (promotor del famoso Puerto Banús), quién le encarga el vaciado en yeso de las manos de su señora para su posterior reproducción en plata. A su marcha, el famoso empresario, agradecido, le indica al escultor que cuando fuera a Madrid, no dejara de visitarle. Poco tiempo después, nuestros sevillanos, Antonio e Isabel, se encuentran en la Capital de España, con José Banús en torno a una nueva barriada en construcción, ofreciéndoles éste un piso y un local que saldarían con los trabajos del escultor.

Aquí comienza la etapa madrileña de Antonio Illanes bajo el mecenazgo de José Banús, con otro estudio, paralelo al de su casa en Sevilla. Durante seis años, trabajará intensamente, sobre todo en esculturas de piedra y de gran envergadura. Así nos lo cuenta Illanes: 

"Muchas de estas esculturas fueron a exornar los jardines de la soberbia finca que mi bienhechor posee en las cercanías de la Capital. Hicimos, en los seis años allí transcurridos, buenas y valiosas amistades, pero yo, inhábil en la mecánica de la política y reacio a las antesalas, no pude sacar provecho ni ganarle una peseta al estado".

En el año 1960, Illanes va a mostrar en Madrid, por segunda vez, su obra más madura en una gran exposición celebrada en el Círculo de Bellas Artes, que sin duda dará mucho de qué hablar, sobre todo por la cantidad de obras expuestas y la diversidad de materiales trabajados. Hay que tener en cuenta que el contexto artístico de la época está marcado por el nuevo Arte, que va a “trastornar” la figuración y el naturalismo con los nuevos movimientos creativos propios del vanguardismo del siglo XX.

La obra de Illanes es pura figuración, se opone a la abstracción de las formas, encarando así aparte de la nueva sociedad cultural, valor que hay que tener en cuenta a la hora de saber por qué Illanes no aparece en las grandes enciclopedias de Arte del siglo XX. De esta manera, Illanes refleja en la intensa e interesante carta de 1960 a su maestro Marco (al cual le dedica esta gran exposición), el momento por el que pasa el arte. Vean, a continuación, qué expresiones y reflexiones tan profundas y sinceras, propias de un verdadero maestro:

"...Quiero también hablarte, maestro, de las nuevas modas que se prodigan aquí en algunas recientes exposiciones. Ingenuamente, quiero preguntarte si verdaderamente pueden llamarse esculturas, si caben dentro de la acepción tradicional de la palabra, estas hechuras ortopédicas, retorcidos alambres, hierros enmohecidos soldados a modo de monstruosas osamentas... Y todo coronado por rimbombantes y artificiosos títulos. Si estos “aparatos” son arte, ¿qué es entonces lo que hacemos nosotros? ¿Debemos arrojar los cinceles, y dejar paso al nuevo “arte otro”? ¿Estaremos perdiendo nuestra vida, nuestro tiempo?
"

Quiero acabar este primer episodio de la etapa madrileña de Illanes, con un extracto de la presentación que, desde Madrid, Rafael Del Zarco, elabora para el catálogo de la exposición de 1960 en la cual nos podemos sentir orgullosos de cómo valoran a nuestro artista desde del exterior de Sevilla, y de cómo se refleja el amor de Illanes a su ciudad:

"...Repito que las furias del trabajo se llevaron a Illanes de Sevilla, fue esta fiebre ansiosa de la madurez que acaba con todo. Así Illanes se vino a Madrid, y aunque los primeros tiempos de estar aquí Sevilla se le subía del corazón a la garganta, se enfoscó en el trabajo, se encerró en el estudio a trabajar sin descanso... Cuando no puede más coge el tren y escapa a Sevilla, como el que allí tiene su hogar y los suyos. ¡Y no digamos por Semana Santa, la Feria, Navidad!... Ahora mismo está Illanes allí. Aún esta vez, faltando tan pocos días para la exposición que por su importancia podría contarse con los dedos de una mano entre las que haya celebrado y pueda celebrar, no ha querido faltar a la cita, y a llenarse de luz, de cante, a tocar madre, con la misma fe que un nuevo Anteo fiel a su tierra, Illanes está en Sevilla..."

Decir pues, Illanes, es resumir: escultor sustantivo; sevillano de corazón; trabajador esforzado al que nadie aventaja en poder y facilidad creadora.

 

Quinta Entrega en este

 

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