EL ANTIGUO EGIPTO - LA TUMBA DE SENNEDJEM
Sergio Cabaco y Jesús Abades
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Durante el Imperio Nuevo, la capital de Egipto se trasladó a la ciudad sureña de Tebas (llamada No-Amun en el egipcio antiguo) y los faraones fueron enterrados en el desértico Valle de los Reyes. Los constructores de las tumbas de los reyes vivían en el pueblo vecino de Deir el-Medina. Pocos, como el capataz Sennedjem, tuvieron tumbas bellamente decoradas.
Sennedjem vivió durante el reinado de Seti I, en la XIX Dinastía. Bajo la autoridad del visir, era el jefe de una cuadrilla formada por unos 60 trabajadores, entre los que se incluía un delegado y varios amanuenses, y a los que se pagaba con grano y se les proporcionaban otros alimentos como pescado, verduras, cerveza y, en ocasiones, carne, sal y vino. Como es habitual en las tumbas de los plebeyos importantes, la decoración pictórica sobre estuco del sepulcro de Sennedjem es rica en pasajes que muestran la vida diaria del pueblo.
Una de las escenas más celebradas es aquella en la que aparece Sennedjem, acompañado por su esposa Iyneferti, segando el trigo en los campos míticos de Ialu, donde crecía 30 cm más alto. La pareja se presenta trillándolo con la ayuda de un par de bueyes moteados, recogiendo lino y cortando las espigas de trigo con una hoz de corto mango de madera y cuya hoja serrada la formaban unas escamas de pedernal. La pintura, notablemente bien conservada al igual que las del resto de los muros, constituyó un auténtico testimonio de la agricultura en el Antiguo Egipto.
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