EL ANTIGUO EGIPTO - LOS COLOSOS DE MEMNÓN
Sergio Cabaco y Jesús Abades
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Se trata de dos estatuas sedentes de piedra arenisca, aproximadamente de unos 20 metros de altura, que se hallan orientadas hacia levante y señalaban el emplazamiento del gran templo funerario del faraón Amenhotep III (1391/1353 A.C.), del cual lamentablemente no queda ni rastro desde hace siglos.
Construidas cada una en un solo bloque de piedra, en la orilla occidental del Nilo en Tebas, representan al dios Amón, estando el nombre del faraón inscrito en los laterales del trono con el emblema habitual de los dioses de las Dos Tierras. El coloso norte tiene representada a su izquierda a la madre del faraón, Mutemuya, y a la derecha a su esposa Tuya. Existió una tercera figura entre las piernas que hoy en día se halla enteramente destruida.
El apodo que ostentan las estatuas se debe a su consideración, durante la época romana, de imágenes de Memnón, hijo de Eos -la Diosa de la Aurora según la mitología griega- y de Titón, que pereció en Troya a manos de Aquiles. El sonido del viento al amanecer a través de la piedra agrietada de uno de los colosos era tomado por los romanos como el murmullo armonioso con el que Memnón saludaba a su madre la aurora. Dicho sonido se mantuvo hasta los tiempos de Septimio Severo, quien mandó restaurar con asperón la parte superior de las esculturas.
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