ALBERTO DURERO - OBRA SACRA
LA VIRGEN DE LOS ANIMALES

27/05/2021


 

 

Otra de las mejores representaciones marianas de Durero fue la Virgen de los Animales (hacia 1503-1507), pieza diminuta llevada a cabo en acuarela y pluma (31,9 x 24,1 cm). Podemos ponerla en relación con los ya estudiados simulacros de la "Sagrada Familia" por la representación de la Virgen sedente con el Niño en sus brazos dentro del llamado "hortus conclusus" o jardín paradisíaco, cuyo origen se encuentra en los manuscritos iluminados tardomedievales, inspirados a su vez en el Cantar de los Cantares del Antiguo Testamento.

La lectura de María, todavía absorta en su libro, es interrumpida por su hijo, que se inclina hacia un lado para llamar su atención sobre la presencia de San José. Al fondo del jardín, lleno de flores y animales, podemos ver, a la derecha, al anciano padre putativo de Jesús y a unos ángeles proclamando el nacimiento de Cristo a los pastores; a la izquierda, se atisba la procesión de los Reyes Magos llegar al lugar sagrado.

El papel utilizado por Durero en esta obra lleva una marca de agua que se ha documentado entre 1503 y 1507 en el norte de Italia. Es por eso que la Virgen de los Animales podría haber sido creada alrededor de 1506 durante su estancia en Venecia, donde Durero quizás lo planeó como un boceto que luego convertiría en una pintura o un gran grabado en cobre. Al no poder llevarlo a cabo, enriquecería el dibujo con acuarelas.

El mal es representado por un zorro, que aunque imposible de ahuyentar, es mantenido a raya por la cuerda a la que está atado. Entre los animales vemos un león, un periquito (símbolo de alabanza al creador), un pájaro carpintero, un búho, una libélula, un escarabajo o un cangrejo, sin contar con el rebaño pastoril de ovejas con un perro y un carnero. Muchos de ellos están algo antropomorfizados y recuerdan las fábulas de Esopo, que desde la segunda mitad del siglo XV se publicaron frecuentemente en Alemania.

El dibujo es un documento válido del interés de Durero por la naturaleza, ya sean animales o flores en grandes cantidades. Por no hablar de la representación de Jesús y su madre como señores no solo de los hombres, sino también de los animales y las plantas. Entre las flores, destaca el vivo realismo de las situadas a la izquierda de la Virgen, como los lirios o las rosas, coloreadas con un delicado tono rojo.

La Virgen de los Animales está en la Albertina de Viena, donde también se encuentra otra famosa acuarela sobre papel del artista que constituye otro de sus ejemplares estudios realistas de la naturaleza en cuanto a fauna, para el que también empleó en este caso el gouache: la "Liebre" (imagen inferior, 1502). Ambas piezas se hallan entre las más altas del arte europeo sobre estos temas. Y eso que el pintor no se excede en la reproducción de los detalles; de hecho, en la "Liebre", junto a los pelos cuidadosamente tratados, hay otros donde se les da la mímima cuenta, y ello por no hablar del fragmento de tierra, donde los detalles apenas se plasman.

 

 

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