EL ARTE CHINO (Y X)
ORNAMENTOS DE LA CIUDAD PROHIBIDA (ARTE TS'ING)

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

Como les comentamos al principio, la cronología de este especial sobre el arte chino abarcaría hasta la dinastía de los Ming y la decadencia del Imperio, en el siglo XVII; sin embargo, vemos más coherente finalizarlo con un breve resumen de lo transcurrido desde 1644 hasta 1912, fecha en que se extingue la China imperial.

Fueron los manchúes, bárbaros procedentes de las estepas siberianas quienes protagonizaron la etapa final del Imperio: se abaten sobre el país y toman Pekín en el año 1644, entronizando a sus propios soberanos con el nombre chino de Ts'ing. Extendieron sus dominios con la anexión de Mongolia, el protectorado sobre el Tibet y la sumisión de Vietnam del Norte y Sin-kiang. Entre 1662 y 1796, alcanzaron sus momentos de mayor gloria.

Con los manchúes se repite una vez más el fenómeno del pueblo fascinado por la cultura superior del país que toman por la fuerza, y rápidamente se adaptan a su modo de vivir, convirtiéndose muy pronto en chinos y ejerciendo la política tradicional de los antiguos emperadores. Los manchúes hallaron en Pekín una ciudad que los deslumbró completamente, digna de ser mantenida y engrandecida, por lo que hicieron suyas las normas urbanísticas y arquitectónicas de los Ming y renovaron gran parte de la urbe.

A los Ts'ing se debe la renovación de la Gran Muralla, como ya hemos señalado, así como la reconstrucción de casi toda la Ciudad Prohibida, residencia imperial, con sus pabellones porticados, cubiertos por tejados curvos a dos vertientes y profusamente decorados, pues su único aporte fue recargar la ornamentación.

A lo largo del siglo XIX, la progresiva descomposición política y las intromisiones europeas dieron lugar en China a una serie de conflictos (Guerras del Opio, la sublevación de los T'ai-p'ing, la derrota ante los japoneses, Guerra de los Bóxers) que llevarían a la revolución y a la proclamación de la República China en el año 1912, lo que supondría el fin de la milenaria China imperial y, con ello, la historia de un arte original.

 

FUENTES: A.A.V.V. "El Arte Chino", en El Arte en América, África y Asia, Barcelona, 1998, p. 220.

 

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