BOUGUEREAU: EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
¡COMPASIÓN!
02/10/2025
Conocido por su extraordinaria maestría técnica y su devoción a los valores académicos, el francés Adolphe William Bouguereau (1825-1905), del que se cumple en 2025 el bicentenario de su nacimiento, creó monumentales pinturas de temas clásicos o mitológicos, así como obras que aportan una profunda reflexión sobre los sentimientos humanos, a menudo con un trasfondo sacro, centrándose en las dimensiones espirituales del asunto a tratar, lo que demuestra una versatilidad mayor de la esperada en un artista con fama de academicista, mostrando gran pericia no solo a la hora de recrear las formas humanas, dotadas siempre de refinada sensualidad, sino también en la representación de la naturaleza y las emociones. |
El óleo sobre lienzo ¡Compasión! (1897, 261 x 120 cm) se exhibió por primera vez en el Salón de los Artistas Franceses en 1897 y luego en la Exposición Universal de París de 1900, donde fue aclamada por su profundidad emocional y brillantez técnica. En 2010 fue adquirida por dación por el Museo de Orsay (París). Si bien esta obra se basa en la iconografía cristiana, no representa el sufrimiento de Cristo en la cruz (presentado de forma idealizada, casi serena, al espectador), sino que se centra en las reacciones emocionales de quienes le siguen, allegados o devotos, todos ellos simbolizados en el varón que abraza su cuerpo al tiempo que acepta el instrumento de su martirio, posiblemente en alusión al pasaje "toma tu cruz y sígueme" recogido en los evangelios. Hay quien también ha visto en esta figura una exaltación de Simón de Cirene. En definitiva, esta interpretación de la crucifixión ofrece una perspectiva más introspectiva y humana del acontecimiento. La elección del tema es también un guiño a la jerarquía de géneros del arte académico del siglo XIX, donde la historia y la pintura religiosa se consideraban la cumbre de todo artista. La perfección del dibujo y la maestría técnica de Bouguereau, especialmente en la representación de la luz, las figuras humanas y los textiles, ejemplifican su dedicación a la formación clásica. El resultado es una profunda reflexión sobre el sufrimiento humano, la compasión y la pérdida. Se especula que las experiencias personales de Bouguereau pudieron haber inspirado la creación de este cuadro; de hecho, en los años previos a su ejecución, el artista sufrió la muerte de su esposa y de tres de sus hijos, una tragedia personal que sin duda afectó a su estado emocional y a su enfoque artístico. Esta obra podría verse como un reflejo de su dolorosa contemplación de la muerte, el duelo y el peso existencial de la pérdida del pintor, que continuaría en 1900 con el fallecimiento de un cuarto hijo. La escala monumental de la pintura magnifica el impacto emocional de la escena, realzando los elementos espirituales y emocionales. Esta combinación de tamaño, temática y técnica subraya la convicción de Bouguereau en la importancia de la tradición artística y su capacidad para infundir una profunda resonancia emocional a los principios académicos. |
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