BAUTISMO DE JESÚS. PINTURA Y ESCULTURA
MAESTRO DEL ALTAR DE SAN BARTOLOMÉ

20/06/2022


 

 

La escena del Bautismo de Cristo en el río Jordán figura en el centro de esta destacada pintura, realizada al óleo sobre tabla (de roble, probablemente) con unas dimensiones de 105,7 x 170,4 cm. Actualmente forma parte de la colección permanente de la National Gallery de Washington.

Junto al Bautista, que vestido con una piel de camello vierte agua sobre la cabeza de Cristo, están presentes, en primer plano, dos ángeles músicos. A la izquierda, un tercer ángel, vestido con rica capa brocada, sostiene la túnica de Jesús capa. Arriba aparecen la paloma del Espíritu Santo y Dios Padre, con sus manos levantadas en señal de bendición y asistido por dos ángeles que sostienen velas. En la filacteria de abajo figuran las palabras de Dios Padre recogidas por Mateo (Mt 3, 17): "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia". En su muñeca izquierda Dios Padre lleva anudado el manípulo usado por los sacerdotes cuando realizan un rito asociado a la Eucaristía. El incensario que porta el pequeño ángel desnudo añade otra nota litúrgica.

Un elemento místico y hasta mágico es el creado por los catorce santos, siete varones y siete mujeres, que emergen de un banco de luminosas nubes y flotan en semicírculo sobre el Bautismo. El reluciente fondo dorado ultraterrenal contrasta deliberadamente con el vigoroso realismo de las figuras, como vemos especialmente en las texturas de sus ropajes o en las gotas de agua que corren por la frente de Cristo.

Los santos son fácilmente identificables por sus atributos. De izquierda a derecha aparecen Santa Dorotea, San Andrés, San Cristóbal, San Jerónimo, Santa Catalina, San Agustín, Santa Inés, San Francisco, Santa Lucía, Santa Isabel, San Antonio Abad, Santa Apolonia, Santa María Magdalena y San Jorge. No parece haber relación directa con el grupo conocido como "los 14 santos auxiliadores", muy venerado en Alemania desde el siglo XIV. A dicho grupo solo pertenecen San Cristóbal, San Jorge y Santa Catalina.

La combinación del Bautismo de Cristo con catorce santos es iconográficamente única, y la elección de la escena y los santos estuvo determinada por los términos de un encargo del que no se sabe nada. La apertura de los cielos en el momento del ritual y su testimonio por numerosos santos puede ser una representación de la Iglesia universal y su congregación de almas bautizadas. Otros autores lo vinculan con el Pentecostés -la venida del Espíritu Santo sobre la comunidad cristiana-, cuya celebración es la culminación del ciclo pascual. Muchas de las plantas pintadas se asocian con el Bautismo, la Pasión de Cristo, El Espíritu Santo y la Trinidad.

Esta obra pudo ser realizada para el altar mayor de la Iglesia de San Juan Bautista en la ciudad neerlandesa de Arnhem. Su tamaño, relativamente grande, sugiere que probablemente funcionó en origen como un retablo. Aunque la forma horizontal de la pintura es algo inusual, no hay que excluir la posibilidad de que se tratara de un tríptico al que le faltan los paneles laterales.

Esta obra (hacia 1485-1500) se atribuye sólidamente al llamado Maestro del Altar de San Bartolomé, y es elogiada unánimemente por su importancia y alta calidad. Dicho maestro anónimo, originario de Utrecht, Arnhem o Nijmegen, y activo en Colonia desde aproximadamente 1475 hasta 1510, es llamado así por el retablo de su mano que se halla dedicado a San Bartolomé y se conserva en la Alte Pinakothek de Múnich.

 

FUENTES

HAND, John Oliver. German paintings of the fifteenth through seventeenth centuries, Washington, 1993, National Gallery of Washington y Cambridge University Press, pp. 133-138.

 

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