FEDERICO BAROCCI. IV CENTENARIO (Y X)
ENEAS ESCAPA DE TROYA

Federico Giannini


 

 

Exceptuando obviamente los retratos, Eneas escapa de Troya es la única obra de carácter profano en la trayectoria de Federico Barocci. La versión del año 1598, conservada en la Galería Borghese de Roma, fue encargada por el monseñor Giuliano Della Rovere, si bien en el año 1613 formaba parte de la colección de Scipione Borghese. Se desconoce con exactitud la causa por la que dicho cardenal pasó a ser propietario del cuadro, pero todo parece indicar que fue un obsequio de Giuliano Della Rovere.

La primera versión de esta pintura, realizada entre los años 1586 y 1589 para Rodolfo II de Habsburgo, se perdió, aunque sobrevive un cartón preparatorio de la misma, conservado actualmente en el Museo del Louvre. No obstante, no podemos saber con certeza las diferencias entre las dos versiones definitivas.

Se trata de una escena muy intensa: Eneas, en el centro de la composición, huye cargando con su padre Anquises (que lleva en su mano derecha los lares, espíritus protectores de la casa y la familia según la mitología romana), mientras su hijo Ascanio y su mujer Creúsa le siguen. Tanto los escorzos de las figuras como el fondo de arquitectura clásica están estudiados con extrema precisión, resultando especialmente interesante el templo circular del fondo, a la derecha de Creúsa, muy parecido a la Iglesia de San Pietro in Montorio proyectada por Bramante, famoso arquitecto que, al igual que Barocci, era originario del Ducado de Urbino.

Federico Barocci sigue usando sabiamente los efectos lumínicos; en este caso, para crear una representación muy realista e impactante del incendio de la ciudad de Troya. El espectador queda absorto ante las pavorosas llamas que surgen tras el templo y entrando por la ventana del lado izquierdo.

La pieza, pintada al óleo sobre lienzo, muestra una alta atención a los detalles por parte del artista, como podemos apreciar en las armas abandonadas que aparecen a los pies de los protagonistas, o en la decoración del casco de Eneas o de las ropas de Anquises. Magistral es también el tratamiento de las expresiones de las figuras principales, en cuyos rostros podemos observar consternación y preocupación por los funestos acontecimientos que están teniendo lugar. En el caso de Eneas también observamos síntomas de fatiga.

Al éxito de esta obra, cuyas medidas son 179 x 253 cm, también contribuyó un grabado de Agostino Carraci que data del año 1595 y actualmente se custodia en el Gabinete de Dibujos y Grabados de la Pinacoteca Nacional de Bolonia. Lo que no sabemos todavía es si el pintor boloñés se inspiró en versión realizada para Rodolfo II (en este caso, la pintura perdida y la de la Galería Borghese serían idénticas) o en el cartón del Louvre.

 

FUENTES

GIANNINI, Federico. Federico Barocci, 2011.

BELLORI, Giovan Pietro. Le Vite de' Pittori, Scultori et Architetti Moderni, Roma, 1672.

TURNER, Nicholas. Federico Barocci, París, 2000.

VASARI, Giorgio. Le Vite de' Pił Eccellenti Pittori, Scultori ed Architettori, Florencia, 1568.

 

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