HUGO CHÁVEZ. EL DICTADOR
Marpontigo
El pasado 27 de mayo, mientras en España estábamos
llamadas a las urnas 35.244.188 millones de personas para votar en libertad,
en Venezuela se consumaba el derribo de la democracia por parte del camarada
Chávez. Ese día se cerraba Radio Caracas Televisión, uno de los medios de
comunicación con más arraigo y seguimiento en el país americano. ¿La
causa? Sencillamente, que no se sometía el yugo del caudillo populista; que
denunciaba que Hugo Chávez está avanzando con rapidez y firmeza hasta la
implantación de una dictadura comunista.
Y yo me pregunto ahora, ¿dónde están ciertos “artistas” e
“intelectuales” españoles que siempre velan por la esencia de la
democracia? He estado buscando en la prensa, en la radio, en la televisión,
en internet... pero no he visto ninguna convocatoria de una manifestación
rechazando lo sucedido. Tampoco he visto ningún manifiesto, a los que son tan
asiduas ciertas altas personalidades de nuestro pensamiento hispano. Los busco
y no los encuentro. ¿Dónde está Rosa Regàs? ¿Y Pilar Bardem? ¿Y
Guillermo Toledo? ¿Y el Gran Wyoming? ¿Dónde están ahora todos aquellos
que siempre, en la defensa de “su” libertad de expresión, llaman fascista
al que consideran que la ataca?
No lo entiendo. ¿Cómo es posible que aquellos que firman manifiestos y
convocan manifestaciones contra la manipulación de Alfredo Urdaci y Telemadrid no tengan nada que decir ahora que un gobierno cierra un medio por discrepar
ideológicamente con la línea oficial? Seré un idealista (o un ignorante),
pero pensaba que aquellos que, autosituados en la intelectualidad (no seré yo
quién firme “manifiestos de intelectuales”), presumen de salvaguardar
la democracia y la libertad, también defendían los derechos de aquellos que
no comparten su ideología. Evidentemente, no es así.
Es triste comprobar cómo la historia más negra se repite. Lo primero que se
hizo en la Alemania nazi, en la Italia fascista, en la España franquista, en
la Rusia soviética o en la Cuba castrista fue cerrar los medios de comunicación
que no comulgaban con el nuevo régimen dictatorial imperante. Es
penoso comprobar cómo, a inicios del siglo XXI, la dictadura se impone en un
país como Venezuela ante el silencio de quienes más tendrían que elevar su
voz.
Yo, desde aquí, lo digo alto y claro. Hugo Chávez, eres un dictador. Quién no quiera
callar ante la ignominia que sufre el país latinoamericano, aquí tiene un espacio para eso, para decirlo alto y claro.
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