EL ARTE DE LA IGUALDAD

Carmen de Tortosa


 

 

Quizás algunos ven en la defensa del matrimonio gay un ataque a lo que ellos llaman "familia tradicional", algo que podría definirse como un padre, una madre y unos hijos, si es posible todos blancos y de ojos azules. Pero la realidad social es muy distinta, hay muchas parejas sobre todo interraciales que viven discriminadas por sus propias familias por el prejuicio de que uno es negro, o moro, o hindú o lo que sea. Como también ha habido rechazo por parte de los defensores de las "familias tradicionales" a parejas con mucha diferencia de edad, etcétera. De manera que discriminaciones ha habido y hay de las más diversas y todo por entender la sociedad como un esquema que no corresponde a la realidad en su conjunto sino sólo a una parte.

Parejas del mismo sexo existen desde que el mundo es mundo, no son un invento de ningún "lobby gay" que se inauguró el mes pasado, el que no quiera verlo es sencillamente porque no tiene capacidad de interpretar la realidad en que vive y se inventa un mundo idílico que encaje con sus estereotipos. Me encanta leer a esa gente, sentir como berrean, patalean e insultan cuando ven que han perdido la batalla de la igualdad de todos ante la ley civil. Una ya tiene una edad y da fe que todo homófobo oculta a un reprimido sexual.

El amor es un sentimiento libre que no se puede clasificar, monopolizar o abanderar. Cuando dos personas del mismo sexo se aman lo menos importante es lo que crea o piense el homófobo de turno. Ya está bien de inmiscuirse en las vidas ajenas e imponer reglas basadas en normas ficticias y misóginas. Hay que entender que cada persona es libre de decidir cómo quiere vivir, con quién y de qué forma.

Pronto, cuando después de que las conquistas por el matrimonio igualitario se extiendan por todo el mundo y se tipifique la homofobia como delito, esos homófobos terminarán su berrinche en la cárcel o en instituciones mentales que los curen de su fobia. Para eso no nos tenemos que quedar sólo en legalizarlo, lo que hay que hacer es visibilizarlo porque no sirve de nada que te puedas casar y tener el rencor de una sociedad o estar acosado en un colegio. En España se legalizó cuando la mayor parte de la sociedad lo tenía superado a excepción de esos "cabreados" sin cura para su enfermedad. Pero por ahora, felicidades a todos los LGTB estadounidenses, franceses y de todo el mundo y a todo el pueblo de bien que los apoya.

 

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