CIRCUS CHRISTI

Jesús Abades


 

 

Afortunadamente, entre los católicos de nuestro país no suele verse la intolerancia ante las críticas que ocurre en otras zonas del mundo, aunque hay que reconocer que algunos sí están dotados para el colmillo retorcido y las armas de reprobación moral, sobre todo cuando se trata de resucitar el falso mito de las Dos Españas. Ambas conductas, no precisamente sacras, y por lo tanto supuestamente ejemplares, son herederas de la Inquisición Española, o lo que es lo mismo, una de las peores aportaciones patrias a las vergüenzas del mundo, y frente a ellas sólo cabe la agudeza mental y una memoria de elefante, el arma más mortífera contra los enemigos

Sin embargo, hoy, con la retirada de la exposición Circus Christi de la Universidad de Granada, pueden respirar tranquilos y, de camino -y extiendo esto al resto de la población no católica-, apuntarse un tanto, pues han demostrado, con las 38 visitas que ha tenido en tan sólo cinco días, que no hay mejor desprecio que la total falta de aprecio, sobre todo cuando la muestra en cuestión viene de alguien que, como ha sucedido, sucede y seguirá sucediendo en otras ocasiones, confunde a sabiendas el arte como instrumento de transgresión y provocación -algo con lo que estoy totalmente de acuerdo-, con una herramienta facilona que sólo busca fama y dinero.

Para quien no lo sepa, les explicó que la exposición Circus Christi, del artista jiennense Fernando Bayona, contenía 14 instantáneas en las que se ofrecía una versión explícitamente sexual, burlesca y, en algunas piezas, hasta escatológica de iconografías propias de la religión católica. El autor pone ahora cara de abrumado ante la enorme repercusión de sus creaciones. Marramiau. Mucho me conozco y me sé este mundillo artístico para no reconocer lo que no es y lo que es una plataforma de escándalo calculado con objetivos civiles o religiosos, como es el caso.

He podido ver varias de las fotos de marras -de gran calidad técnica todas, no en vano Bayona es Licenciado en Bellas Artes por la propia UGR y Máster de Fotografía y Diseño Visual en Milán- y la verdad es que algunas se las traen, no tanto por el contenido sexual de lo que muestran como por las retorcidas connotaciones que ello implica en su contexto. No hablamos de una crítica canalla, ingeniosa e irónicamente divertida, ni tampoco de una incisión sutil e inteligente -chico, aprende del maestro Buñuel o del maestro Caravaggio, cuyo tenebrismo sigues en tus fotos a pies juntillas-, sino de mal gusto, sordidez y hasta puesta en escena bajuna, de ahí que entienda y respete la sensibilidad católica que se haya podido sentir dañada ante las mismas.

A pesar de ello, Circus Christi no se adentra en los terrenos del incesto y la pedofilia, en los que incurrió, hace unos años, el extremeño JAM Montoya con Sanctorvm e In Breeding; unas muestras, por otro lado, de las que ni el gato se acordaba -como pasará también dentro de poco con la granadina- y que el PP desempolvó para arremeter contra el PSOE, en general, y contra Francisco Muñoz, candidato a la alcaldía de Badajoz, en particular, poco antes de un comicio electoral. De paso, azuzaron a las autoridades eclesiásticas contra el tema y, entre unos y otros, espolvorearon el ya de por sí tenso ambiente con una sinfonía de insultos, acusaciones, justificaciones e incluso amenazas de querellas criminales que nos dejaron las orejas desolladas.

Al mismo tiempo, no puedo evitar hacerme un puñado de preguntas: primera, ¿en lugar de escandalizarse tanto, no sería mejor que la masa indignada ante el evento se concienciara de que la prostitución no es sino una forma más de violencia hacia las mujeres y luchara contra los proxenetas, traficantes, dueños de burdeles y políticos (hombres) que la hacen posible?; segunda, ¿por qué se critica tanto el lugar como si la Universidad de Granada fuese un espacio religioso?; tercera, ¿cuándo van a entender que la homosexualidad, condenada a la vez que practicada por muchos, debe tomarse como una orientación sexual y no como un insulto?; cuarta, ¿por qué algunos, en lugar de amenazar tanto con destruir -algo que en absoluto comparto y que los pone a peor altura- no usan la protesta pacífica, como han hecho otros, y, de paso, mejor reprochan todos las continuas manifestaciones misóginas, ilegales y explotadoras que siguen produciéndose en la hipócrita sociedad de hoy en día?, y quinta, ¿no es más obsceno echar mano de las creencias religiosas de una sociedad como pretexto para satisfacer un mero lucro partidista?

 

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