AMIGOS DE GINES

Alejandro Cerezo


 

 

Como si un sello del Apocalipsis se abriese, el Cabildo extraordinario de hermanos de la popular Archicofradía malagueña de María Santísima de la Esperanza ha aprobado que el escultor sevillano Luis Álvarez Duarte intervenga sobre la venerada Dolorosa perchelera.

Cabildo de hermanos de la Esperanza, que dicho así suena a tribunal imponente con su puñado de miles de archicofrades en la nómina, pero que en la noche de ayer, 3 de septiembre del año 2009, ni ha alcanzado la mísera cifra del centenar de personas, contando con quienes pasaban por allí y han asistido -y votado- sin ser hermanos; y a los archicofrades que lo han hecho, aún sin derecho a ello por falta de antigüedad. Todo sea por engrosar el quórum. Nada nuevo bajo el sol de Málaga. Ya en los años ochenta se logró la sustitución de alguna que otra Dolorosa por ese procedimiento.

Y es que, según afirma el famoso escultor e imaginero sevillano -y consejero de la Archicofradía- en su informe presentado, la imagen presenta una grieta en el cuello que califica de “grave”... pero parece que, de camino, se le insta a eliminar determinados brillos de la tez, así como la factura de un nuevo candelero con articulaciones, juego de manos incluido. Esto último es regalo personal del artista, sin petición previa de la Hermandad, que parece no obstante, lo recogerá encantada. Servirá al menos para sustituir el deficiente e insípido par de manos que posee ahora. Obra suya también.

Ahí se ha quedado la cosa, aunque por un momento planeó la tentación de repolicromar la talla en tonos cetrinos, tirando para ello incluso del criterio de cierto investigador ochentero. Ya sería el colmo de la ignorancia acerca de la imaginería granadina del círculo del maestro Pedro de Mena y Medrano.

No sé, desde luego, si la decisión ha sido muy meditada, pero en el seno de la Archicofradía no han tenido balbuceos de ningún tipo a la hora de encargar a Luis Álvarez Duarte tan delicada y acongojante empresa, hasta tal punto que no han hecho falta otras alternativas, ni tan siquiera de algún taller de restauración, que algo novedoso tendría que decir acerca de la disciplina que trabajan profesionalmente.

Sí, definitivamente no han perdido el tiempo: el Obispado de Málaga ya aprobó el asunto, y la Junta de Gobierno decidió llevar a Cabildo la propuesta, inmediatamente antes de comenzar éste.

No sé cuál será el resultado de la intervención. Nadie lo sabe. La Esperanza volverá para sus cultos de diciembre y ahí podremos evaluar artísticamente el asunto. De entrada, no es mal comienzo juzgar honradamente el procedimiento. La Virgen de la Esperanza se va a Gines (Sevilla) -al taller de su "coautor" se atreven ciertos directivos a decir últimamente- tras haber visto con sus propios ojos, esos que nunca cambian y siempre quedan hábilmente insertados en el alma, cómo se hacen las cosas en Málaga. En la Esperanza.

 

Fotomontaje realizado por Rocío Cortés Ramírez

 

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