PLAGIADORES

Jesús Abades (12/09/2019)


 

 
 

Ladrones de pan (detalle)

Quique Sena
2014
Óleo sobre lienzo
40 x 40 cm

 

El diario ABC ha acusado al presidente del Senado, Manuel Cruz, de plagiar a nueve autores en uno de sus manuales de filosofía, publicado en 2002 y reeditado ocho años más tarde. Presuntamente habría copiado y pegado párrafos de al menos quince autores sin citar nombres ni procedencia. En su currículum hay más de treinta publicaciones. Desde el Gobierno del PSOE se niega con ira la acusación alegando el rigor del catedrático y la ejemplaridad de su intelecto. Me gustaría creerles.

Sin señalar a Cruz, es evidente la cada vez más descarada impunidad con que los plagiadores cometen día sí y otro también una conducta que no solo es ilegal, sino también muy lesiva para el plagiado. Lesiva personal, profesional y moralmente, sobre todo por el ninguneo al que va unido su perjuicio. Debería ser vergonzante para el plagiador, normalmente un caradura infeliz de escasa inteligencia y menos escrúpulos, pero como se cree Gregorio Marañón y encima suele ir de chulo, le resbala todo.

Yo sufrí el plagio en una ocasión a titulo periodístico. Fue una juntaletras de Tiempo, que para hablar de Pedro Almodóvar en un número de la revista me copió medio artículo sobre cine español que publiqué en un portal digital sobre espectáculos que ya no existe. La sensación, inédita entonces, fue una desagradable mezcla de ultraje, rabia e impotencia. Me aseguraron que iban a despedir a la fraudulenta colega, que no era la primera vez, pero como también era una lameculos de manual todo quedó en una bronca del director.

En La Hornacina también hemos sufrido varias veces el plagio. Aquí si cabe duele más ya que uno no habla por sí solo, sino por un equipo que semana tras semana se deja las energías por sacar adelante este proyecto. Y es que esa gentuza ya no sabe ni lo que inventar para no dar el callo y para rapiñear el esfuerzo de los demás. Hablo siempre del plagio deliberado, no del accidental en el que todos caemos en varias ocasiones. Lo más pirateado, las secciones Semblanzas y Dossier. Antes era la sección Cofradías, que decidimos suprimir tanto para no llamar a equívocos, como por el expolio constante que sufría. Y es que en nuestro caso lo plagiado siempre ha estado relacionado con las artes sacras, en especial la imaginería, y los plagiadores han sido siempre del mundillo religioso, sobre todo el relacionado con la Semana Santa.

Ejemplos les podemos dar unos cuantos, desde los circuitos académicos más impolutos, lo que lo hace mucho más execrable, hasta los aficionados locales en publicaciones sobre los festejos de la patrona de turno. En el ámbito académico, la semblanza sobre Juan Martínez Montañés, ahora tan de actualidad por su aniversario, fue leída en su integridad por un historiador como propia en una ponencia que hizo en Melilla, y ha servido en varias ocasiones como referente para catálogos y monografías del artista sin que en ningún caso se haya citado la fuente. Lo mismo ha ocurrido con otros artistas como Francisco de Ocampo, Juan Abascal y, entre los actuales, José María Ruiz Montes o Francisco Romero Zafra.

A nivel cofrade, un historiador-fraude del mismo medio que acusa a Manuel Cruz de plagio nos ha copiado sin rubor varios contenidos, ceñidos casi siempre a los imagineros andaluces. Lo mismo podemos decir de dos páginas igual de reincidentes, y aunque éstas sean de aficionados sin formación alguna, mucho menos periodística, no por ello debe tomarse la bajeza como inocua. Lo último ha sido una publicación de un hermano mayor de Córdoba, en la que también se utilizó una fotografía tras borrar nuestra marca de agua. Aunque el colmo será siempre un almeriense que nos hizo llegar, interesando su publicación en este portal, "un artículo suyo" sobre los titulares de su hermandad, que era en realidad un copia y pega de uno nuestro.

De momento no daremos nombres y apellidos. Lo haremos si hay una próxima ocasión y esta vez les van a faltar faldones bajo los que esconderse. Basta ya de buitres sin creatividad que roban el trabajo ajeno y se lo adjudican como propio, que confunden inspiración con usurpación y que van de luminarias cuando en realidad son vagos sobreactuados que alardean de lo que carecen. Se pide muy poco, solo una cita sobre autoría y procedencia como auténticos profesionales y compañeros, y ni eso cumplen. Es más, despotrican. No hay justificación.

 

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