GOYA EN ITALIA

02/06/2008


 

La muestra, que se celebra en el Museo de Zaragoza, reúne 350 piezas realizadas por el genio de Fuendetodos y las de un buen puñado de otros grandes creadores de su tiempo, relacionados todos con el paso del pintor aragonés por Roma entre 1770 y 1771, una estancia italiana «poco estudiada y peor interpretada», según Joan Sureda, comisario de la exposición Goya en Italia, pero que resultó definitiva para la evolución pictórica de un Goya «que a su regreso se confirma como el mejor pintor de su época».

En coincidencia con la Expo del Agua de Zaragoza, la muestra se desarrolla en 15 ámbitos, que a través de sus cuadros, dibujos y grabados exploran el universo goyesco, su mirada, sus progresos, sus relaciones personales y artísticas. De Goya hay hasta 89 piezas, algunas tan notables como el monumental La Familia del Infante Don Luis de Borbón, que llega de Parma; un Autorretrato cedido por el Museo del Prado; El Sueño, que viene desde Dublín; el Retrato de María Teresa Borbón y Villabriga, de la Condesa de Chinchón de Florencia; La Cucaña, de la Colección Várez Fisas y nunca exhibido antes, o una primera edición de Los Caprichos.

Junto a estas piezas del genio aragonés se exhiben las de sus maestros, como Jusepe Martínez, los hermanos Bayeu y Antón Rafael Mengs, y otros artistas tan singulares como Piranesi, Luca Giordano, Jacques-Louis David, Tiepolo, Ingres, Fragonard y Gaspare Traersi, todos presentes en Italia en aquellos años.

Pieza clave para entender el viaje es el Cuaderno Italiano, adquirido por el Prado en 1993. Contiene notas manuscritas que Goya alterna con apuntes de figuras y copias de composiciones, de iglesias y colecciones, tomadas del natural. El Prado ha cedido el original, en delicado estado de conservación, que Goya usó aún en la década de 1770 como cuaderno de trabajo y anotaciones personales con referencias a su boda y a los nacimientos de sus hijos.

Por el Cuaderno Italiano sabemos qué ciudades impresionaron a Goya en su viaje -Roma, Venecia, Módena, Bolonia, Génova y Parma- o qué artistas admiró -Tiziano, Correggio, Guido Reni, Rubens y Rafael-, así como su aprecio por la antigüedad arqueológica.

 

Hasta el 15 de septiembre en el Museo de Zaragoza

 

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