La obra restaurada por Patricia Ganado es el Santo Cristo de la Catedral, un Crucificado labrado en madera policromada que forma parte de un conjunto retablístico conservado en el lado meridional de la capilla mayor de la catedral zamorana, el llamado "retablo del Santo Cristo". Esta imagen procesional ha sido objeto de un exhaustivo estudio por parte del historiador y sacerdote José Ángel Rivera de las Heras.

Por las inscripciones que contiene dicho retablo, se sabe que el Cristo fue realizado en el año 1546 por un maestro cuyo nombre tiene una inicial, la A. No se sabe con exactitud si se trata de Alonso de Tejerina o Arnao Palla, aunque los expertos en Historia del Arte observan que se dan más similitudes con la obra del entallador y escultor transpirenaico Arnao Palla, quien trabajó en la zona de Toro (Zamora) en los años anteriores a la mitad del siglo XVI, y que realizó el retablo mayor de la iglesia de Venialbo.

Rivera de las Heras destaca las similitudes del Santo Cristo de la Catedral, titular de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias -imagen mariana de Ramón Álvarez (1879)-, con el también zamorano Crucificado de las Injurias (ver enlace): la composición, las formas, la policromía e incluso el estilo son muy similares; aunque todavía hay algunos elementos que proceden de la tradición gótica, como la sangre, tallada a borbotones.

La restauración de Patricia Ganado ha consistido en el restañado de las grietas existentes en los brazos, consecuencia del ensamble de las piezas del soporte. La cabeza del Santo Cristo de la Catedral, cuyo punto de anclaje es un clavo situado a la altura de la parte trasera del sudario, era la zona más afectada por su situación, debido a la gran cantidad de suciedad acumulada y a la degradación de la policromía en dicha zona.

La corona de soga, por ser éste un soporte blando y más delicado, presentaba perdidas: "No conservaba ninguna espina exenta, sólo las resguardadas en el interior, y se le han colocado ahora siete espinas nuevas, aprovechando los orificios anteriores", explica Ganado, quien procedió también a la limpieza de la policromía, cuyo tono amarillento era fruto de la oxidación de los barnices.

La cruz, de sección lisa y rectangular, está policromada igual que una escultura, ya que la policromía simula la sangre y hay elementos como la veta de la madera y el crucero con los cuatro clavos. Estaba en muy mal estado, sobre todo en la parte baja, golpeada y rozada en las esquinas, y además tenía añadidos de otras intervenciones. Por ello se eliminó el añadido del larguero vertical, que difería mucho del original. Este añadido eliminado, de unos 30 cm, va a favorecer las labores de manipulación por parte de la Cofradía.

La restauradora zamorana también afirmó que "se está trabajando en una segunda fase de ejecución sobre el calvario del retablo y sobre posibilidades para garantizar más seguridad en el desmontaje de la imagen". Precisamente se han descubierto pinturas desconocidas en dicho calvario. En cuanto a este trabajo de restauración, se empezó en noviembre todo el proceso, después de bajar al Crucificado de su retablo.

La restauración del Santo Cristo de la Catedral, que ha durado cuatro meses y ha sido costeada por la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias -se cumple este año 2014 el XX aniversario del desfile del Crucificado en dicha corporación de penitencia, fundada en 1412-, no ha precisado que la talla salga del templo metropolitano, al haberse utilizado una de las salas de la sacristía para ello.

La imagen puede contemplarse en la sala capitular de la Catedral de Zamora, donde se expone la serie de tapices sobre la Guerra de Troya. Todos los lunes, de 16:45 a 19:45 horas, la entrada es libre, haciendo incluso los hermanos de la cofradía turnos de vela ante su titular. La exposición del Cristo tendrá lugar hasta Semana Santa: el Viernes Santo podrá volver a procesionar para luego volver a su emplazamiento original.