NUEVA OBRA DE FRANCISCO ROMERO ZAFRA

12/12/2005


 

 

 

Su ejecución y acabado vinieron parejos con los de la Dolorosa de las Penas, de Úbeda. Sin embargo, fue deseo expreso de la guadijeña Cofradía de la Flagelación no presentar públicamente la talla hasta el día de su bendición, el pasado 6 de diciembre. Deseo, por supuesto, que respetamos.

La Virgen, estante, expresa un dolor ausente ante la Pasión de Jesús. En sus juveniles facciones se refleja la intensidad del drama vivido. La cabeza se muestra ligeramente inclinada, infundiendo la aflicción de María.

La Dolorosa mira hacia el infinito. Sus ojos son tallados y policromados en la madera de cedro, y lucen pestañas de pelo natural en el párpado superior. El iris ha sido pincelado en tonos claros. Los labios entreabiertos dejan ver la lengua y la dentadura talladas en su interior. Dos lágrimas surcan su rostro, una en cada mejilla. La prominencia del mentón queda resaltada al prescindir del hoyuelo.

Como podemos advertir, la imagen ejemplifica a la perfección la plástica de Romero Zafra, presentando grandes conexiones con la referida imagen ubetense. Las carnaciones son cálidas, mostrando las mejillas enrojecidas y los párpados hinchados por el llanto. El busto se asienta sobre un candelero de base ovalada y formado por ocho listones que arrancan de las caderas. Las manos se encuentran extendidas, con los dedos crispados entre los que lleva el manípulo y el rosario. Se exorna con corona de plata, símbolo de la Realeza de la Virgen.

En las fotografías pueden ver detalles de una Dolorosa que ha recibido la advocación de María Santísima del Refugio, en alusión a la protección ofrecida por la Virgen a Jesús en el martirio.

 

 

 

Fotografías de Francisco Romero Zafra

 

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