Con este grupo procesional de la Virgen de las Maravillas, la cofradía del Carmen Doloroso lleva a la escultura una de sus titulares marianas al tiempo que recupera una advocación perdida en la capital hispalense.

El escultor Francisco Reyes Villadiego (Salteras, Sevilla, 1964) lo ha realizado en madera de cedro, dorada y policromada. Es de tamaño menor del natural y representa con gran encanto a María sentada sobre una peña, con el pequeño Jesús sobre su regazo y San Juanito ofreciéndole una granada al Niño.

Las preseas, la media luna, la cruz de San Juan Bautista y varios aderezos de la imagen mariana son piezas de orfebrería y joyería. Las labores relativas al oro han corrido a cargo del taller carmonense de Sergio Acal.

Esta obra se inspira en una espléndida creación de Benito de Hita y Castillo que recibía culto en el templo de San Juan de la Palma, donde el propio artista fue enterrado al ser vecino de su collación. Dicho grupo fue encargado por la hermandad de las Maravillas de María en 1738 para finalmente pasar a ser propiedad de la cofradía de la Amargura en 1904. Fue destruido en 1936 a raíz del incendio de la iglesia.

Reyes Villadiego toma solamente el esquema morfológico e iconográfico de la pieza perdida, llevándose la composición y los rasgos estilísticos a su propio terreno; acentuando, por ejemplo, la dulzura del semblante mariano y dándole al conjunto un sentido menos teatral. También prescinde de la media luna con las dos cabezas de querubines a los pies de la Virgen y añade un pequeño cordero en el regazo de San Juanito.