NUEVA OBRA DE JUAN VEGA ORTEGA

31/03/2015


 

Galería de Fotos

 

El actual trono del Cristo del Mayor de Antequera comenzó a ejecutarse en el año 2008. Esta realizado en madera tallada y en los próximos años se procederá a su dorado. El pasado viernes 20 de marzo, en el templo antequerano de San Juan de Dios, tuvo lugar la presentación del programa iconográfico del trono a cargo de su diseñador, Antonio Rafael Fernández Paradas, Doctor en Historia del Arte.

La naturaleza de dicho programa iconográfico, inspirado en la Sagrada Túnica de Jesús, ha estado condicionada por dos cuestiones: la iconografía del titular, un Cristo recogiendo sus vestiduras después de la flagelación, y el nuevo trono, resuelto en dos niveles sobrepuestos escalonados, configurados cada uno de ellos a base de una sucesión de rocallas, cóncavas en la parte superior, y convexas en la inferior.

Y es que cuando se aprobó la ejecución del proyecto del trono, éste se presentó sin tener en cuenta las dificultades técnicas que el mismo manifiesta en lo relativo a las escenas que en él se incluirán, y para las que su autor, el escultor Juan Vega, ha tenido que aportar diferentes soluciones compositivas.

 

Tercer nivel: Jesús recogiendo sus vestiduras después de la Flagelación

Señor del Mayor Dolor
Obra de Andrés de Carvajal (1771) que sobresale por la limpia composición y la búsqueda de líneas rectas en sus planteamientos, en cierta manera clásicas ya que huyen de procedimientos barrocos en su formas, pero no en la teatralidad de los mismos. Hay un dialogo expreso con el ánima que contempla la escena. A nivel de difusión del modelo, constituyó el ejemplo a seguir para la mayoría de los ejemplares circunscritos al área de influencia de Antequera a partir del último tercio del siglo XVIII y el XIX, ya que los ejemplares constatados son totalmente dependientes del Cristo del Mayor Dolor.

 

Segundo nivel: la Sagrada Túnica en el Nuevo Testamento

La Virgen bordando la túnica de Jesús
La lectura del programa se inicia en la cartela central del nivel intermedio con el inicio de la propia historia de la túnica, donde según la leyenda apócrifa la propia Virgen María tejió la túnica de Cristo, y fue ésta la que llevó durante su Pasión hasta la crucifixión.

Bautismo de Cristo
Secuencialmente, la siguiente página se lee en su homónima trasera, donde se desarrolla el Bautismo de Cristo por el Bautista, mientras que un coro de ángeles sostiene la túnica en un segundo plano. Si bien la escena parte de la estricta narración oficial, para la configuración de la misma se ha acudido al imaginario artístico, donde los pintores, especialmente los renacentistas y barrocos, tuvieron a bien que la túnica quedara sostenida por los angelitos que contemplaban el Sagrado Bautismo de Cristo.

Milagro de la Hemorroisa
Secuencialmente, la siguiente escena, en el costado izquierdo, si miramos al trono desde el frente, es la Historia de la Hemorroisa y la curación de la misma al tocar la orla de la vestidura (Mc, 21-34).

Jesús es despojado de sus vestiduras y su túnica es sorteada
La continuación del discurso, en lugar de llevarnos al costado derecho con la escena del sorteo de la túnica en el Calvario, pasa por el nivel tercer nivel, donde Jesús recoge sus vestiduras después la flagelación acorde al relato recogido en la literatura mística (Mt 27, 33-36).

 

Parte inferior/Primer nivel: Hagiografía e historia medieval de la túnica (aúna las historias de las túnicas de Tréveris y Argenteuil)

Descubrimiento de la túnica por Santa Elena
La túnica fue encontrada por Santa Elena (247-329), madre del emperador Constantino en el siglo IV en su viaje a Jerusalén. A su retorno la habría donado a la iglesia aproximadamente hacia el año 330, aunque la presencia documentada de la túnica en Tréveris, se remonta al año 1196.

La emperatriz Irene obsequiándole la Túnica a Carlomagno
En el siglo VIII, la emperatriz Irene obsequia la túnica a Carlomagno. Según esta versión, la túnica estuvo en Constantinopla hasta el siglo VIII, cuando la emperatriz Irene se la obsequió a Carlomagno, siendo donada en el año 800 al monasterio de Argenteuil, donde Théodrade, hija del emperador, residía.

Descubrimiento de la túnica en Saint Denis
En el año 850, el pueblo de Argentueil y su basílica fueron saqueados por los normandos. Con el objetivo de salvar la túnica, ésta fue escondida en los muros de la iglesia. Posteriormente en el año 1003, la abadía fue puesta al culto de nuevo conservando la túnica en su interior.

Peregrinación de Maximiliano I a Tréveris
En 1512, se produjo un acontecimiento que marcaría el devenir de la túnica en las épocas moderna y contemporánea: en ese año, el emperador Maximiliano I llega a Tréveris para mantener un encuentro con los máximos dignatarios del Imperio Alemán. A su llegada, pide que se le muestre la Sagrada Túnica, iniciándose el interés por la demostración pública de la misma.

 

De esta manera, y dicho esquemáticamente, la primera parte de la historia queda narrada de la siguiente manera: frente nivel intermedio, trasera nivel intermedio, costero izquierdo, escena del tercer nivel, cartela frontal del trono de la Virgen, costero derecho. Salto al frente del nivel primer nivel (el inferior).

Mientras que en los niveles dos y tres se desarrollan escenas bíblicas, evangélicas, apócrifas y místico-literarias con la imagen del Cristo, en el nivel inferior se narra la historia verídica, o mejor dicho, cuasi verídica, en clave medieval de la Sagrada Túnica, desde su descubrimiento por Santa Elena, a la configuración de la primera peregrinación para venerar la misma por el emperador Maximiliano I, incluyendo el hecho trascendental del obsequio de la túnica por parte de la emperatriz Irene al emperador Carlomagno, y el casual descubrimiento de la túnica en Saint Denis por los monjes de la orden.

Rítmicamente el nivel inferior, o primero, alterna la secuencia histórica con textos en los que se recoge el pasaje en el que Jesús recoge sus vestiduras después de la flagelación, y que en este sentido suponen una continuación del discurso hasta el siglo XVIII, por cuanto los mismos se comienzan a detectar en la literatura mística desde el siglo XIV, enlazando con la propia historia medieval de la túnica y el auge del culto de la misma.

Se han tardado 32 años para que un Cristo antequerano disponga de un programa iconográfico ex profeso realizado para él, y que convierta a su paso procesional en un conjunto uniforme, unitario y discursivo. Si bien es cierto que en la tradición Antequera no tenía por costumbre dotar a los tronos de este tipo de instrumentos complementarios; en el marco contractual actual, desde hace ya tiempo, no se entiende la configuración de un trono en el que no se relate un mensaje catequético acorde al titular sustentado en el mismo.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com