NUEVA OBRA DE JUAN VEGA ORTEGA

Con información de Daniel Benito Goerlich (20/04/2011)


 

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No satisfechos con los azotes infligidos, los verdugos de Cristo añaden el peso de la bárbara burla. Jesús se muestra ya cruelmente coronado de espinas y vestido con la clámide púrpura. Sus manos atadas y cruzadas a la altura del costado sostienen la caña, colocada según narran algunos evangelios como mofa de su realeza.

Pese a ser convertido en un caricaturesco rey de carnaval por los soldados, el gesto de dolor contenido y la mirada baja reflejan la resignación con la que el Salvador recibe el escarnio, al estilo de la dulzura y la humildad que maestros como Anton van Dyck o Juan de Juanes imprimieron en sus obras de corte pasionista.

Modelada en terracota policromada, es tal el realismo que el artista malagueño ha conferido a esta figura, no solo a nivel físico sino emocional, que pese a estar sola parecemos observar los gestos obscenos y las expresiones de burla de los personajes que rodearon a Jesús en dicho instante, pese a que no aparezcan en la composición.

Mezcla de influencias flamencas, italianas, renacentistas y barrocas, este ecléctico simulacro tiene sus raíces iconográficas muy ligadas al episodio de la Coronación de Espinas, difundido a partir de la Edad Media, sobre todo a partir de que San Luis comprara en 1239 la reliquia que depositó en la Saint Chapelle de París.

Pulsando sobre el icono, podrán ver una galería fotográfica de la pieza estrella de la exposición Semblantes de la Pasión, dedicada a Vega Ortega. Junto a los efectos sanguíneos tradicionales, el autor trata de innovar con las minúsculas gotas que, por efectos de los golpes sufridos con la caña, salpican las maltrechas carnes del Varón.

 

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