Una vez retirado el busto, se eliminaron todos los elementos metálicos de las diferentes piezas de madera. Al realizar la retirada de éstos, vimos cómo se despegaban las piezas por sí solas una a una.

Al caerse la pieza de la parte superior del cráneo, comprobamos que estaba completamente carcomida, quedando totalmente inservible y teniendo que tallar una nueva en su lugar. Esta era la única pieza que tenía marcas de un ataque de insectos xilófagos, junto con el cuerpo y el candelero, los cuales también han sido sustituidos por unos nuevos.

Finalmente, al soltar la pieza más importante de todas, advertimos que guardaba en su interior un pequeño tesoro escondido en una caja de cartón: se trataba de una fotografía del padre de don Pedro Campos, escrita por éste último, donde se lee "Antonio Campos Navas, dueño de esta imagen de Nuestra Señora de la Amargura, se hizo esta Virgen en el año 1942, salió el mismo año el viernes santo por la mañana".

Seguidamente, una vez abierta la mascarilla de la imagen, se fijaron los ojos de cristal, ya que uno estaba totalmente despegado, y se reconstruyó todo el busto, saneando y uniendo cada pieza de madera, tallando nuevamente la pieza superior que ya hemos comentado. Tras ello se aplicaron nuevos estucos y policromías, basándome en la tez morena con la que popularmente se conocía a dicha imagen.

Por último, se reemplazaron candelero y torso, así como los brazos por unos articulados con sistema de rotación de bola. También han sido restaurados los dos juegos de manos que posee la Dolorosa, a la que se han incorporado nuevos elementos postizos: pestañas de pelo natural en los párpados superiores, que realzan la mirada y expresión de vida, y las seis lágrimas vítreas, de las que sólo se conservaban cuatro.