Santísimo Cristo de la Crucifixión. Imagen de Jesús crucificado, representado por el imaginero egabrense en el momento de su exaltación o elevación en la cruz -de sección arbórea y rectangular, tallada en madera de pino por Manuel Valverde-, a la que se halla fijado por tres clavos -en las muñecas de las manos y uno que atraviesa ambos pies-, apoyando el pie izquierdo sobre el derecho y este a su vez sobre un "suppedaneum".

Hablamos de una escultura realizada íntegramente en madera de cedro, a tamaño natural (mide 185 cm de altura, aproximadamente), con acabados de policromía al óleo, rica en tonalidades, heridas, hematomas y regueros de sangre a base de veladuras y transparencias, finalizando el escultor con diferentes pátinas para conseguir así unas carnaciones morenas. El paño de pureza o perizoma, de tipo cordífero, aparece atado en la cadera izquierda de Jesús, dejándola completamente a la vista.

El rostro de Cristo es estremecedor y agonizante a consecuencia de tan dramáticos instantes. Posee los ojos color de miel y la mirada baja, la cual irá directamente comunicada con la futura imagen secundaria de San Dimas o el "buen ladrón", que irá al pie de la cruz encomendándose al Mesías. El "titulus crucis" está también tallado en madera de cedro, clavado por un clavo y bordeando la cruz, debido a la inclinación de la misma.