EXPOSICIONES DE ESCULTURA EN VALLADOLID

13/10/2013


 

 

Antonio Vaquero (1910-1974) Un Escultor Olvidado

La Sala de América de la Casa de Cervantes de Valladolid inauguró el pasado jueves 10 de octubre la primera de una serie de exposiciones que tiene como finalidad "rescatar figuras ya olvidadas vinculadas con la Real Academia de Bellas Artes de la ciudad, que fueron en su momento pioneros", según ha señalado el presidente de la Academia, Jesús Urrea, durante la presentación del evento.

Se trata de una iniciativa de la Academia, dentro de las actividades que realiza y que comparte con el Museo Nacional de Escultura (MNE), con la colaboración de la Junta de Castilla y León, que ha tratado de reconstruir el itinerario vital y artístico de la producción del vallisoletano Antonio Vaquero Agudo (1910-1974), quien se dedicó profesionalmente a la docencia, aunque la escultura ocupó gran parte de su vida.

En la exposición se recogen obras particulares, como bocetos de yeso, de punto, fotografías cedidas por sus familiares, telegramas de amigos, y "también la pieza con la que ganó un concurso siendo joven o el busto de un adolescente con el que entró en la Academia en 1969", ha explicado Jesús Urrea, quien ha añadido que el artista no tiene una "excesiva obra, y mucha está desaparecida". Asimismo, Urrea ha señalado después que el artista se quejaba de que no había clientela privada en su época, y por ello muchas de sus creaciones están vinculadas con la religión, "aunque no por ello se le debe considerar como un artista religioso".

Antonio Vaquero trabajó especialmente en piedra, siempre preocupado por crear una línea de trabajo artístico rupturista. Se dedicó también a la restauración y a la ejecución de copias de tallas procesionales. Fue, pese al olvido actual, un artista reconocido a nivel nacional, y a lo largo de su vida recibió diversas medallas, entre ellas la de Plata de Valladolid, que le entregó la Real Academia de la Purísima Concepción.

La primera de las exposiciones se inaugura con la obra de Antonio Vaquero porque Urrea ha reconocido que tenían "muchas ganas de exponer a este artista" y, también con motivo del traslado de su Monumento a los Reyes Católicos del Palacio de Congresos a los jardines de Santa Cruz, "una ocasión para vincular a Vaquero", ha explicado el subdirector del MNE, Manuel Arias, a EUROPA PRESS.

La exposición Antonio Vaquero (1910-1974) Un Escultor Olvidado permanecerá abierta hasta el 8 de diciembre de 2013. Durante el acto, Urrea recordó la inauguración de la VII Edición de la muestra Conocer Valladolid, dedicada a divulgar los recursos históricos y a artísticos del entorno, y que comienza en noviembre.

 

 

Instante Blanco

La Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes y el Museo Nacional de Escultura presentan la exposición Instante Blanco, del artista Bernardí Roig, que permanecerá abierta hasta el 12 de enero de 2014. Roig completará en el Museo Nacional de Escultura (MNE) una trilogía que le ha llevado a enfrentarse a las potentes colecciones de otros dos museos de primera fila, el Museo Ianchelevici en La Louvière (Bélgica), y el Museo Lázaro Galdiano en Madrid (ver enlace superior).

Instante Blanco, de Bernardí Roig, es una exposición concebida expresamente por el artista para el MNE, que ocupa y redefine sus espacios con diez esculturas blancas. El objetivo es establecer un diálogo con las diferentes estancias que contienen los fondos del museo a fin de crear una nueva mirada sobre las obras que alberga. Se trata, por tanto, de una intervención en los márgenes, de un susurro que dinamita la idea del museo como mero almacén de objetos ubicados y percibidos cronológicamente.

Con dicha ocupación e interpretación del territorio del museo, se reactiva la presencia de las obras del pasado y se altera ese tipo de percepción lineal que busca fosilizar el recuerdo. Por el contrario, la obra de Bernardí Roig genera una serie de fricciones con la memoria y da lugar a un recorrido inédito que hace visible toda una trama de significados imprevistos. De este modo, estas diez esculturas blancas rompen el silencio devoto del lugar y de sus visitantes para proponer otro itinerario de nuestra colección de escultura policromada.

Las salas de un museo son la casa de la memoria, el lugar donde se sedimentan las imágenes que, en otras épocas, han formado el imaginario colectivo de una cultura, y que, acumuladas y ordenadas por la historia, han moldeado nuestro saber. Estas mismas imágenes, alteradas y recodificadas, provocan una polvareda de escombros a su alrededor. Esos escombros son los microfragmentos desordenados de nuestra memoria.

El título de la exposición hace referencia a la célebre frase del Fausto escrito por Goethe: "Detente, instante, ¡eres tan bello!". La escultura representa ese instante, apresado en la quietud de la forma. Como explica Bernardí Roig, "ese instante es blanco porque la luz detenida se ha coagulado. Es entonces cuando podemos afirmar que el ojo se ha sumergido en un vaso de leche. Un gigantesco vaso de leche en el que los significados todavía no han copulado". La intervención es mínima y del todo respetuosa con el escenario, pero propone un juego de desvelamiento- revelación que obliga a tomar senderos inusuales.

El trabajo de Bernardí Roig ha estado siempre vinculado a la poética de los espacios y ha establecido un tenso diálogo con la memoria de las imágenes. La luz actúa como metáfora de esa memoria. Es una luz que no alumbra, sino que deslumbra y paraliza, que nos ciega, al igual que la memoria. Sus solitarias esculturas blancas -extraídas del calco de personas reales- suponen una reflexión sobre la figura humana como última y solitaria presencia. Y el conjunto de su obra más reciente traduce la vanidad del lenguaje y su imposibilidad para seguir sosteniéndose sobre las cenizas de la imagen.

En los últimos años, Bernardí Roig ha creado diversos recorridos personales en espacios que contienen obras del pasado. En 2008 intervino en el claustro de la catedral de Burgos; en 2009, en la Galleria Internazionale d'Arte Moderna Ca'Pesaro, de Venecia, en el marco de la 53ª Bienal. Actualmente está trabajando en un proyecto para The Phillips Collection de Washington que se presentará en el otoño de 2014.

Instante Blanco se enmarca en la conmemoración del 80 aniversario del MNE (1933-2013), que no ha querido hacer de este cumpleaños un auto homenaje nostálgico, sino una celebración de la fidelidad de los hombres al arte de la escultura, una fidelidad inmemorial e intensamente contemporánea. Fue esa intención la que, esta primavera, inspiró Diálogos de lo Sagrado (ver enlace inferior), exposición que tendía un puente hacia el pasado más remoto de este arte. Ahora, los responsables del MNE presentan una propuesta sobre la escultura del presente, que, miles de años después, sigue provocadoramente viva.

Entre uno y otro extremo temporal, la colección permanente del MNE es uno de los momentos fuertes de la escultura universal, los Siglos de Oro, un tiempo de grandes inventores plásticos, de Berruguete a Mena, que, también, cada uno a su modo, se adentraron por caminos desconocidos, con pasión y riesgo, empujados por la necesidad de abrir nuevas rutas, a costa de romper, también ellos, con la tradición de sus mayores.

 

 

 

Fotografías de Antonio Vaquero (1910-1974) Un Escultor Olvidado de Boris García para La Tribuna de Valladolid

 

Horarios: Casa de Cervantes (Calle del Rastro, s/n): martes a sábado, de 09:30 a 15:00 horas; domingos y días festivos, de 10:00 a 15:00 horas. Museo Nacional de Escultura (Calle de las Cadenas de San Gregorio, nº 1): martes a sábado, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas; domingos y días festivos, de 10:00 a 14:00 horas.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com