PICASSO CREADOR

25/03/2013


 

 

Pablo Picasso es uno de los más destacados dibujantes de la Historia del Arte. Solo en el campo del grabado produjo más de 2.000 obras, algo que le hace ser uno de los principales representantes de ese género a la altura de maestros como Alberto Durero, Rembrandt o Francisco de Goya.

Aunque la de grabador no sea tal vez su faceta más conocida, Picasso tuvo contacto con esta técnica desde sus más tempranos comienzos. Representativa de esos primeros acercamientos es su obra El Zurdo (1899), donde se muestra a un picador que sostiene la pica con la mano izquierda. En el año 1904 realiza Repas Frugal, un aguafuerte que marcaría el inicio real de su actividad en esta práctica. Esta obra la creó en su estudio de la parisina Rue Ravignan, más conocido como Bateau-Lavoir. El pintor y grabador Ricard Canals fue quien le asesoró en la realización de este trabajo y le introdujo en la técnica del aguafuerte. A partir de este momento empieza una etapa en la que, con gran entusiasmo, explora y experimenta, en este campo. Nunca dejará Picasso, en su larga carrera, de indagar en todas las posibilidades que le ofrece el grabado.

Aguafuerte, punta seca, litografía, aguatinta... Picasso profundizó en todas las variantes posibles hasta alcanzar su dominio total. Ya en el año 1913 se editó la serie Saltimbanques de Picasso, que comprendía grandes obras de los periodos azul y rosa que había realizado entre los años 1904 y 1906. Esta suite está compuesta por quince estampas de gran valor artístico y autobiográfico de una época en las que su pareja era Fernande Olivier, su primer amor y la mujer con quien compartiría su vida desde 1905 hasta 1911.

A partir de los años 20 el artista malagueño se sumerge con más fuerza en la búsqueda incansable de nuevas experiencias y su dominio en la técnica del grabado es cada vez más manifiesta. Los años 30 marcan un punto de inflexión en la producción artística de Picasso. Por encargo del marchante Ambroise Vollard realiza la ilustración de la obra de Balzac Le Chef-d'Oeuvre Inconnu, publicado en 1931 y que había concebido unos años antes, en 1926, en Juan-les-Pins. Tan solo un año antes, en 1930, un joven Albert Skira le encargó realizar las ilustraciones para las Metamorfosis de Ovidio. La elección del tema se sabe que fue sugerida por Pierre, el hijo de Henri Matisse, a Picasso. La obra estaba compuesta por 30 grabados y esta primera tirada fue de 145 y, cuatro años más tarde, el propio Skira volvió a editar esta serie. De nuevo el enigmático marchante Vollard encargó a Picasso una nueva serie de grabados que el artista realiza entre los años 1930 y 1936. Esta serie estaba compuesta por 97 planchas de cobre y completada por la tres últimas hechas en el año 1937, alcanzando así la centena. Finalmente entre 1930 y 1937 es cuando concibe una de sus obras cumbres: La Suite Vollard. Desde entonces no dejará de compaginar su faceta de pintor y escultor con la de grabador e ilustrador.

Hay que apuntar que la obra gráfica permitía a Picasso abordar un mayor número de temas y, sobre todo, le permitía multiplicar y difundir sus imágenes. Durante los años 40 y 50, incrementa aún más el numero de sus obras y realiza las magnificas ilustraciones de Buffon (1942) y La Tauromaquia (1959). Si hay una fecha llamativa es la del año 1968, entonces Picasso realiza 347 grabados en unos doscientos días. Algunas fuentes apuntan que fue capaz de grabar hasta siete láminas de cobre en un solo día. Realiza entonces la que sería su última ilustración literaria, en este caso La Celestina (imagen superior).

Al igual que en todas su creaciones artísticas, Picasso en su obra gráfica es pura pasión, expresa sus sentimientos, sus preocupaciones, sus deseos, sus mitos... en definitiva, sus pulsiones. La lógica de su creación, una lógica espontánea en todo momento, así como la calidad de las obras, la variedad de la técnicas, las temáticas condicionadas por acontecimientos externos y personales, hacen que su producción gráfica sea uno de los testimonios artísticos más importantes del siglo pasado y que aún en nuestros días sea un auténtico lujo para los sentidos estar ante la plenitud creativa del gran maestro del siglo XX, Pablo Picasso.

Picasso llegó a ser el artista más creativo y más innovador de los últimos tiempos al aunar tradición y vanguardia como nunca antes había visto. Por eso, en este sentido la muestra Picasso Creador permite que el público vallisoletano conozca en mayor profundidad la obra gráfica del artista.

Con la intención de hacer un recorrido a través de esa trayectoria del maestro malagueño, para esta ocasión se han reunido diferentes obras, de las series más importantes que realizó y que son un claro testimonio de su excepcional versatilidad. Además podremos acercarnos a al lado más humano del genio a través de una serie de fotografías personales realizadas por el fotógrafo Antonio Cores. Sin duda, una oportunidad única para disfrutar de casi un centenar de sus obras además de poder ver carteles y libros que el artista malagueño ilustró.

 

Hasta el 5 de mayo de 2013 en la Sala del Museo de la Pasión (Calle de la Pasión, s/n, Valladolid)
Horario: martes a domingo y festivos, de 12:00 a 14:00 y de 18:30 a 21:30 horas; lunes, cerrado.

 

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