LOS PALACIOS DE LA MEMORIA

24/07/2016


 

 

Esta exposición-investigación nació en un andamio. La motivó el asombro de ver esculturas de altísima calidad en lugares que nunca alcanzaría la vista. Prosiguió en los almacenes de los museos, o devolviendo la luz con la que fueron pensadas, y situadas en origen, muchas imágenes.

La escultura gótica valenciana es un episodio artístico que ha pasado hasta ahora desapercibido. En realidad, si atendemos a la escasez de publicaciones académicas parece como si este capítulo no hubiera existido. Las razones de este olvido han sido diversas. Entre estas ha contribuido el peculiar carácter del patrimonio medieval valenciano que frecuentemente ha quedado oculto por revestimientos de la Edad Moderna.

Retomando la mirada cercana medieval, y contando con fotógrafos de la máxima excelencia, aparece un episodio en el que las pasiones, los afectos, el gesto y la mirada de las imágenes resultan asombrosamente contemporáneas. Las huellas del tiempo que recogen con precisión las fotografías, a modo de realidad aumentada, las convierte igualmente en una herramienta imprescindible para la restauración monumental.

Para recuperar la memoria se han realizado dos campañas fotográficas; éstas han quedado reflejadas en los catálogos Memorias Olvidadas. Imágenes de la escultura medieval valenciana (2015) y Memorias Olvidadas II. Los palacios de la memoria (2016). En esta exposición que nos ocupa y que lleva el título de la publicación de 2016, visitable hasta el próximo 25 de septiembre en el Centro del Carmen de Valencia (Calle Museo, 1) se recogen impresas y/o proyectadas las imágenes de ambos catálogos. La muestra ha sido comisariada por Arturo Zaragozá Catalán, y las fotografías son obra de Joaquín Bérchez, Mateo Gamón y Carlos Martínez.

 

 

Los palacios de la memoria no han sido únicamente construcciones mentales de la oratoria, sutilezas de la escolástica, o invenciones de la literatura. Esta idea ha sido entendida y utilizada desde antiguo. Algunos de estos palacios de la memoria existen físicamente y al entrar en ellos las imágenes, es decir, las palabras, los monumentos, las memorias, nos interpelan, entrando abruptamente en nuestras vidas.

La fotografía superior de la ménsula figurada, en la que la escultura parece hablar a la persona que la restaura, puede ser intencionada, pero es cosa habitual. Con frecuencia las imágenes medievales muestran afectos o promueven sentimientos a la vez que están ligadas a la memoria de las personas. Solo el desconocimiento y la ignorancia nos impide recuperar la memoria.

Los palacios de la memoria medievales se instituyen generalmente en iglesias, salas municipales y salas señoriales. En estas ultimas se utilizan los techos y las paredes pintadas. En las iglesias y en las capillas sepulcrales es mas frecuente encontrar escultura asociada a la arquitectura y situada en portadas, capiteles o claves de bóvedas. Un excelente ejemplo de estos palacios de la memoria es la iglesia arciprestal basílica de santa María de Morella. Los años finales del siglo XIV y los primeros del siglo XV son de una extraordinaria experimentación en el arte valenciano. Es conocido el notable impulso de la pintura sobre tabla. Sucede igualmente en la construcción con el nacimiento y desarrollo de la bóveda tabicada. La escultura gira hacia un nuevo realismo y expresionismo de raíz borgoñona. Paralelamente surgen los primeros ejemplos de escultura ligera en yeso, el papelón o cartapesta. La iglesia de Morella es esencial para estudiar este capítulo.

Memorias Olvidadas II. Los palacios de la memoria se impulsa ante la visión de la materialidad de las imágenes realizadas. Las estatuas no carecían únicamente de cabeza o de nariz; las superficies desgastadas y las telarañas mostraban la presencia del tiempo transcurrido. Es oportuna la frase de Goya "el tiempo también pinta". El tiempo, la ruina, la memoria y el olvido ha sido analizado desde un punto de vista antropológico por Marc Augé en Las Formas del Olvido (1998 ) y El tiempo en ruinas (2003). Pero aquí la representación rigurosa de la materia desgastada, ademas de mostrar el tiempo depositado en la obra de arte, parece adquirir un valor práctico.

 

 

Horario: martes a domingo, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.

 

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