Imagen de la Inmaculada Concepción modelada en terracota dorada y policromada al óleo, con peana realizada en madera tallada y policromada. Sin peana, esta bella efigie mariana mide 40 cm de altura.

Su destino es una colección particular de la localidad maltesa de Birgu, de hecho se inspira por petición del cliente en la venerada Inmaculada del país que fue tallada en 1848 por Salvatore Psaila (1798-1871), renombrado imaginero de Malta que fue, además, de los primeros artistas locales en surtir sus templos de esculturas tras muchos años importando obras de arte labradas por los artistas de la cercana Sicilia.

Al igual que su referente, la pieza del escultor e imaginero cordobés muestra ambas manos dispuestas sobre el pecho, la cabeza de rasgos adolescentes girada hacia su izquierda, los pies calzados con sandalias aplastando una bestia demoniaca que simboliza el pecado y los ropajes decorados con motivos florales, siendo muy original la resolución del manto que cruza el frente movido por el viento y queda sujeto al cíngulo por un extremo.

La personalidad de Alfonso Castellano se manifiesta sobre todo en los melancólicos rasgos faciales, típicos de su estilo, y el trabajo del cabello, más ajustado a las líneas del barroquismo cordobés del que es seguidor.