La última creación del joven artista, realizada para un ambicioso proyecto sobre personajes divinos e históricos que está previsto se presente en Roma con el título Lo Divino e Lo Umano, es una representación del dios Eros, que en la mitología griega era primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo.

Adorado también como dios de la fertilidad, según algunos descendía de Afrodita y Ares. Era llamado también Cupido en la mitología romana, donde se le tenía como deidad del deseo amoroso. Según la versión más famosa, era hijo de Venus (diosa del amor, la belleza y la fertilidad) y Marte (dios de la guerra).

Se le representa generalmente como un niño alado, con los ojos vendados y armado de arco, flechas y aljaba. En la obra de Peña Suárez, realizada al pastel sobre madera dorada, estofada y cincelada (120 x 60 cm), se muestra Eros de pie sobre una tela de damascos, con un fondo de hojas de acanto doradas que reflejan tanto la fiel atracción del autor por el Barroco como su personal estilo a la hora de mezclar técnicas.

El pequeño dios mira pícaramente al espectador, intima con él y se prepara a lanzarle una de las dos flechas que posee. El oro de una de ellas provoca el amor y la atracción, mientras la de plomo, que sostiene con su mano derecha y se dispone a lanzar, provoca la indiferencia y el desprecio.

Las alas también juegan un papel importante en este simulacro: son prominentes y están formadas por plumas de faisán, gorrión y pavo real, ave que en la Antigua Grecia era protectora de la diosa Hera, que según el mito puso "ojos" en sus plumas, simbolizando el conocimiento de quien todo lo ve y de la sabiduría.